Como un mensaje en una botella, pero en formato siglo XXI: una cámara Nikon de última generación. Sorpresa primero y curiosidad después sintió Benito Estévez Lorenzo, patrón del arrastrero Pesca-Berbés III cuando, en medio del Gran Sol, se encontró hace unos días enredada en medio del aparejo, una cámara de fotos, informa Faro de Vigo, del mismo grupo editor de LA NUEVA ESPAÑA.

A pesar de que la cámara estaba muy carcomida y la batería casi descompuesta, Benito la limpió y secó con mimo y extrajo la tarjeta de memoria. Al probarla en el ordenador portátil que lleva siempre a bordo, resultó, milagrosamente, estar intacta.

El pescador, de 44 años, se encontró con las imágenes del viaje de una pareja, que parece ser británica, a bordo del «Queen Mary II» y durante su estancia en Nueva York y Washington. Benito se ha familiarizado con estos anónimos turistas a través de sus fotografías y de los pequeños vídeos rescatados de la tarjeta, y su deseo es devolverles este bonito recuerdo de su viaje. «Las imágenes son de 2008 y supongo que la pareja se llevaría una sorpresa enorme si, después de dos años en medio del océano, las recuperasen», dice.

Basándose en el orden y las fechas de las fotografías, el patrón cree que la pareja voló en avión a Nueva York, donde visitó durante unos días la ciudad y también Washington. En Nueva York embarcaron en el lujoso crucero, que los llevó de vuelta a casa en un viaje en el que parece que disfrutaron mucho. «Se nota que al marido le encanta el mar porque había hecho un montón de fotos en la cubierta del barco, de las olas al romper, del mar... en una de esas debió de caérsele la cámara por la borda», apunta, «sólo espero que a él no le pasara nada».

Parece que incluso Benito se ha encariñado con la pareja. «Tienen muchas fotos de ardillas en Central Park; mi mujer siempre se mete conmigo porque yo también hago muchas fotos de este tipo... Seguro que este señor y yo nos llevaríamos bien», augura con una sonrisa.