El telescopio espacial «Planck», de la Agencia Espacial Europea (ESA), publicó ayer el mapa más completo del Universo hasta la fecha conocido, una imagen de toda la bóveda celeste que aporta nuevas evidencias sobre el proceso de formación de las estrellas y de las galaxias y, sobre todo, permite estudiar las primeras fases de formación del cosmos. «Con estos resultados no estamos dando una respuesta, sino abriendo la puerta a través de la que los científicos podrán buscar los eslabones perdidos que permitirán comprender cómo se formó el Universo y cómo ha evolucionado», según el director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, David Southwood. A juicio de la agencia espacial, esta primera imagen constituye un «extraordinario tesoro, repleto de datos inéditos para los astrónomos», ya que refleja desde las regiones más cercanas de la Vía Láctea hasta los límites del espacio y del tiempo.

El disco de la Vía Láctea se extiende a lo largo del centro de la imagen. Lo primero que llama la atención son los filamentos de polvo y de gas que se extienden por encima y por debajo de la galaxia, justo donde se están formando las nuevas estrellas. Asimismo, el fondo moteado de la imagen presenta la «radiación cósmica de fondo en microondas», la luz más antigua del cosmos y restos de la explosión que ocurrió hace 13.700 millones de años, que dio origen al Universo. Si bien la Vía Láctea muestra el aspecto actual del Universo cercano, estas microondas permiten observar cómo era el Cosmos instantes después de su creación, antes de que se formasen las primeras estrellas o galaxias. Éste es el principal objetivo de la «misión Planck»: descodificar este patrón de manchas para inferir cómo fue la infancia del mismo. Concretamente, el patrón de microondas es la huella digital de lo que hoy conforma los cúmulos y los supercúmulos de galaxias. Los distintos colores representan ínfimas diferencias en la temperatura y en la densidad de la materia que se extiende por todo el cosmos. Por algún motivo, estas pequeñas irregularidades evolucionaron en regiones más densas a partir de las que se formaron las galaxias que podemos observar hoy en día.