El escándalo del guardaespaldas Eloy Sánchez Barba salpica, y de lleno, a Ana Obregón. Si hasta ahora la bióloga sólo había recibido el barro de la implicación de su escolta en el asesinato por encargo del informático Miguel Ángel Salgado, las últimas informaciones la sitúan como usuaria de los servicios de Sánchez.

En abril de 2007 Obregón telefoneó a su guardaespaldas para encargarle una paliza al presentador Jaime Cantizano, al que tildaba de «gilipollas ése». La conversación, grabada por la Guardia Civil en la investigación por el asesinato de Salgado, transmitía a una Obregón vengativa y sin piedad: «Se han metido con Álex. Quiero que le des una paliza, pero que no lo haga cualquiera, quiero que busques a los Miami», publicó «Interviú». La referencia a «Los Miami», una banda delictiva que se mueve en la noche madrileña, y a los que se presupone amistad con ciertos famosos, sorprendió. Este grupo está especializado en el tráfico de estupefacientes, los ajustes de cuentas y el cobro de deudas con métodos violentos.