Carla Bruni fue la estrella inesperada de la visita de su marido y presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, al mercado de abastos de Rungis (afueras de París), a primera hora del día, para visitar, en palabras del jefe de Estado, a la Francia " que trabaja y se levanta temprano".

"A las cuatro y cuarto (de la mañana), cuando salimos de casa y Carla me dijo: 'voy contigo', pensé que la jornada empezaba bien", dijo Sarkozy, visiblemente contento de que le acompañara su esposa al mayor mercado de abastos de Europa.

Era la primera salida "oficial" de Bruni en Francia desde que la cantante y ex modelo italiana contrajo matrimonio el pasado 2 de febrero con Sarkozy, divorciado dos veces.

La Primera Dama, que lucía una gabardina de color marrón, fue objeto de todas las miradas y atenciones en Rungis. Algunos la encontraron "un poco pálida", otros "muy bella", mientras una mujer se felicitaba: "por fin tenemos a una presidenta".

Carla Bruni-Sarkozy recibió media docena de ramos de flores, probó un trozo de queso "camembert" que le ofreció una vendedora y posó también ante un puesto de parmesano.

Los Sarkozy, que llegaron a Rungis hacia las cinco de la mañana, visitaron las secciones de carne, quesos y flores, pero no la de pescado. Hace días que los pescadores bloquean los puertos del país para exigir medidas ante el alza del precio del gasóleo. EFE