El «Turning Torso», la torre girada, es hoy la imagen internacional de Malmöe, una ciudad situada al sur de Suecia.

Jhonny Örbäck, el gerente de la cooperativa de viviendas HSB, tuvo una «visión» y quiso construir una torre de apartamentos para trabajadores que fuera un símbolo. Santiago Calatrava también -era su primer rascacielos tras el fallido intento de Valencia-, pero algo no salió bien: hubo un choque cultural, pero también de concepto. Los suecos no conocían al genio de Calatrava y las consecuencias no se hicieron esperar: un sobrecoste de 85 millones de euros y un retraso de varios años en la obra; retrasos y sobrecostes que acompañan la obra del arquitecto, y de los que también hay ejemplos en Oviedo, con la ralentización de las obras del Palacio de Congresos de Buenavista por problemas técnicos en la compleja cubierta móvil.

Un director de cine y experto en documentales, Fredrick Gertten, siguió con dos cámaras todo el proceso de construcción del «Turning Torso». El resultado es una crónica limpia, sin adornos. Es Calatrava.