La actriz Farrah Fawcett, el «ángel» más famoso de la televisión, fallecida la semana pasadaa causa de un cáncer, fue despedida ayer en un funeral privado en Los Ángeles, al que acudieron sus más íntimos, incluidos su pareja de varios años, Ryan O'Neal, y su hijo Redmond.

El sepelio se organizó en la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, cinco días después de la muerte de la intérprete.

«A pesar de que éste es un momento extremadamente difícil para su familia y amigos, encontramos confort en los preciosos momentos que compartimos con Farrah a lo largo de los años, y en saber que su vida trajo alegría a muchas personas en todo el mundo», dijo O'Neal.

Redmond O'Neal, de 24 años, único hijo de O'Neal y la actriz, no pudo estar junto a su madre el día de su muerte al hallarse cumpliendo condena desde abril en una prisión californiana por varios delitos relacionados con las drogas, pero sí consiguió el permiso carcelario por parte de la corte superior de Los Ángeles para salir en libertad vigilada durante tres horas y atender al funeral con ropa de calle.

La lucha de Fawcett contra el cáncer, que le fue diagnosticado en 2006, fue plasmado en un documental que emitió el mes pasado el canal NBC y que registró audiencias millonarias.

Su amiga Stewart afirmó en un comunicado: «Aunque la voy a echar de menos terriblemente, sé en mi corazón que siempre estará ahí como ese ángel en el hombro de todos», añadió sobre la protagonista de la serie «Los Ángeles de Charlie», considerada un icono de la cultura pop y una de las mujeres más atractivas del Hollywood de la década de los setenta.

La fama le llegó en 1976, a raíz de un póster en el que posaba con su larga melena rubia y en traje de baño.

Otra de las personas que echarán de menos a la intérprete será su ex marido Lee Majors, con quien estuvo casada de 1973 a 1979. Ambos mantuvieron una conversación sobre la vida y el cáncer en el mes de febrero, el día del cumpleaños de Farraw, tras más de dos décadas de silencio entre ambos.