Oviedo, J. CUARTAS

Con una cena con un reducto grupo de empresarios, directivos, economistas y profesionales -todos ellos integrantes de la «tertulia L'Alderique»-, el secretario de Estado de Economía, el ovetense José Manuel Campa, culminó anoche en Oviedo una de las jornadas menos ingratas de los últimos días en el Ministerio del que forma parte, aquella en la que el Gobierno, baqueteado por las malas noticias de una semana muy adversa, logró, tras el fracaso del pasado verano, sentar las bases para el diálogo social y la reforma laboral con patronal y sindicatos.

No fue el único motivo de dicha para este brillante economista asturiano (Oviedo, 1964), licenciado en Derecho y Ciencias Económicas por la Universidad de Oviedo y doctor por la de Harvard.

Junto a su padre y su tío (José María y Aniceto Campa Prado), le aguardaba el doctor mierense Enrique Portilla, el médico que lo atendió en el hospital de Mieres, cuando el hoy secretario de Estado resultó herido de gravedad, siendo un niño, en un accidente de tráfico en las rampas de Pajares, en el que fallecieron sus abuelos paternos. Campa, que ayer se fundió en un abrazo con el médico que lo atendió, se salvó tras la colisión frontal del vehículo con un camión por un gesto providencial: viajaba entre sus dos abuelos en el asiento delantero de un Seat 1500 y, ante la inminencia del choque, uno de ellos, según la versión familiar, levantó al nieto y lo arrojó al asiento posterior.

El de ayer no fue el primer encuentro entre ambos, sino el segundo. La pasada Navidad, el padre y el tío del «número dos» de Economía concertaron una cita de José Manuel Campa con el médico mierense. El encuentro se produjo después de que la familia Campa hubiese localizado de forma fortuita al doctor que salvó la vida al hoy secretario de Estado. Médico y economista no se habían vuelto a ver desde fines de los años 60, cuando el pequeño Campa fue atendido de diversas lesiones en el centro clínico mierense, donde Portilla ejercía como jefe del servicio de traumatología.

Anoche, durante la cena, Campa tuvo ocasión de conversar sobre la situación económica, los planes y las políticas del Gobierno y sobre las estrategias de salida de la crisis.

Fue un encuentro privado y reducido a los integrantes de la tertulia, entre los que figuraron los empresarios José Cosmen Adelaida y Emilio Serrano; el director general del Banco Herrero, Pablo Junceda; el secretario general de la patronal asturiana FADE, Alberto González; el economista Ramiro Lomba, director de SADEI, y otras personas ligadas a la actividad económica y profesional.

Campa, que no hizo declaraciones, había participado ayer en la culminación de la que ha de ser una de grandes apuestas del Gobierno: la búsqueda de un pacto con los agentes sociales que permita sentar las bases para facilitar y estimular la contratación, reducir la temporalidad y las elevadas tasas de paro, y abrir nuevos espacios al entendimiento con empresarios y sindicatos. El objetivo último es corregir los desequilibrios, reactivar la economía, ganar en competitividad y, además, poner los fundamentos de un cambio en el patrón de crecimiento económico español, que ya no podrá esperar la fuerza motriz ni de la edificación ni de otros sectores con escaso valor añadido.