El profesor Richard Wilkinson consiguió demostrar con cifras que cuanto mayor es la desigualdad social de un país, mayor es el nivel de infelicidad de su población y, en este «ranking», España ocupa un «término medio», de lo que se deduce que los españoles somos medianamente felices. Wilkinson ha desgranado, en una entrevista, las conclusiones de su libro «Desigualdad: un análisis de la (in)felicidad colectiva», considerado por críticos uno de los diez mejores de la última década.