La pareja dejó atónitos a todos los que el lunes estuvieron presentes a la salida de un conocido restaurante de Beverly Hills. Reeves y Theron se fundieron en un caluroso y tierno beso, aunque la magia del momento se rompió al instante por los flases de los paparazzis. Según un testigo, «Keanu y Charlize estaban pasándoselo en grande, eclipsados el uno con el otro», ajenos a lo que pasaba a su alrededor.