María José IGLESIAS

Las nuevas fotografías oficiales de los Príncipes de Asturias reflejan aplomo, solidez, seguridad y mucha profesionalidad. Lo dice el psicólogo ovetense José Muñiz y lo corroboran estilistas, diseñadores y fotógrafos. Son el último posado de los Príncipes, hecho público tras el ascenso del príncipe Felipe a teniente coronel de los ejércitos de Tierra y Aire y a capitán de fragata, apenas cinco días antes de la intervención quirúrgica a la que fue sometido ayer el Rey.

Los príncipes de Asturias también lo son de la elegancia. Y por ello cualquier imagen suya causa revuelo en medio mundo. El diario digital Huffington Post, la biblia del estilo en Estados Unidos, sigue de cerca todos los pasos de la esposa del heredero de la Corona. Las nuevas fotos han sido la puntilla. La ex periodista ovetense ha subido al Olimpo de las más elegantes del mundo y acapara más noticias que Rania de Jordania o la mismísima Carla Bruni.

Profesionales, serios o cómplices? Las interpretaciones son inevitables. La evolución de la pareja, que el próximo 22 de mayo celebra el sexto aniversario de su matrimonio, se traduce en decenas de detalles. Muñiz destaca la seguridad que transmiten las instantáneas tomadas por el fotógrafo catalán Dany Virgili, autor de las fotos oficiales de los reyes en 2007. José Muñiz destaca lo bien que representan su papel los príncipes. «Me sorprende la profesionalidad que transmiten, sobre todo la princesa». Y es que aunque Don Felipe también haya evolucionado su imagen con los años -ha perdido rigor y se muestra más natural- todas las miradas se posan en Letizia, la mujer que en cuestión de meses pasó de periodista de clase media a vivir en un palacio. Muñiz está convencido de que las fotos son la culminación de una particular transición, hecha de forma serena y rigurosa. «Me sorprende lo muy en serio que se ha tomado su papel, es admirable lo que ha conseguido».

Si por separado pasan el examen, juntos lo bordan. «Definitivamente se les ve como una pareja sólida, unida y muy cómplice». En la foto conjunta los príncipes esbozan una sonrisa y apoyan sus respectivas manos izquierdas sobre la mesa. Las barbillas están ligeramente levantadas y ambos miran de forma muy directa. Muñiz lo interpreta como la pose lógica de una foto oficial pensada para ser intemporal y susceptible de utilizar en muchas situaciones.

Si su imagen causó sensación, la polémica llegó por el posible uso del programa de tratamiento de fotografías Photoshop para juntar la cabeza del heredero de la corona a los diferentes uniformes de los ejércitos de Tierra, Aire y Mar. El retratista niega que haya usado el Photoshop. Explica que ha jugado con las luces para crear una atmósfera relajada y sencilla. De forma intencionada la cámara de Virgili ha buscado dar una imagen accesible, alejada de la ostentación y el boato al que son tan aficionadas otras casas reales como la británica o la danesa.

Virgili defiende su trabajo a capa y espada. Sus fotos no tienen nada que ver con las primeras imágenes oficiales de los príncipes poco después de su boda, obra de Antonio Garcia Dalda. Entonces la princesa aún no se había hecho la operación de nariz, que oficialmente nunca se ha confirmado, pero que ha contribuido a variar su expresión.

El cirujano plástico Sergio Fernández niega que Letizia haya pasado por el quirófano para hacerse algún que otro retoque. «En las fotos se aprecia que probablemente se ha puesto algún relleno con ácido hialurónico, pero no se ha operado». Fernández recalca que lo que lleva «está muy bien hecho, pero no hay trabajo de quirófano». Ni siquiera en el mentón, algo con lo que se especuló cuando la princesa estrenó imagen. El cirujano tampoco entiende el porqué de tanto revuelo: «los arreglos y retoques no son nada nuevo, las mujeres griegas ya lo hacían hace 2.000 años».

Mucho menos considera apropiado comparar el rostro de Letizia con el de Carla Bruni o Rania de Jordania, las dos celebridades con las que a menudo comparte el mismo estilo de vestidos o peinados. «Aunque pueda haber parecidos, son muy diferentes. Las tres coinciden en que son tan guapas que con poco que se hagan lo lucen muchísimo».

La intensa mirada de los ojos verdes de Letizia, los brazos cruzados y la pose que recuerda a algunas de las imágenes promocionales de su época de presentadora de las noticias en televisión, son rasgos que destacan en la única foto en la que aparece sola. También va de beige. Apenas luce joyas. Solamente el anillo de pedida, la alianza de boda y unos sencillos pendientes de diamantes. Nada de tiaras ni sofisticados aderezos del joyero real. La princesa parece empeñada en dar una imagen moderna de la institución a la que representa.