El financiero Allen Stanford, acusado de montar una estafa piramidal de 7.000 millones de dólares, fue golpeado en la prisión estadounidense en la que se encuentra recluido, lo que le dejó con problemas de visión en su ojo derecho, según sus abogados. Los abogados de Stanford, muchos de cuyos pasados clientes residen en países latinoamericanos, dijeron al juez de Houston que su cliente quedó «deshecho» por la paliza, que también le ha dejado paralizado el lado derecho de la cara.

Los abogados de Stanford, que tiene 60 años, solicitaron la libertad bajo fianza de su cliente, en prisión desde junio del 2009, hasta que se produzca el juicio, en enero del 2011. El juez se negó a poner en libertad al financiero.