La decisión de Riopedre, que se convulsiona a golpe de contradicción tras contradicción, a resultas de la reducción de las asignaturas de música y de plástica visual, probablemente respondiendo a otras decisiones de fondo que en nada tienen que ver con la idea de mejorar o implementar, en definitiva, reforzar otras asignaturas - lengua y matemáticas - en un territorio europeo que no sale tan mal parado en los estudios Pisa, sino más bien con la vieja demanda de profesores de la llingua que de alguna forma conviene recolocar o más bien colocar, sin tener en cuenta realmente las necesidades de alumnos, las auténticas, y las bondades de una educación que desde lo emocional estimule el crecimiento de nuestros alumnos y favorezca la sociabilidad y la capacidad de comprensión y comunicación de nuestros jóvenes incapaces de pronunciar siquiera bien su nombre, cuanto menos defender una propuesta coherente de cualquier sesgo o tema.

Vamos, que ahora han sacado este conejo de una chistera inexistente con la idea de reducir drástica y dramáticamente las horas de música y plástica, al contrario que en otras comunidades autónomas que en términos relativos y absolutos han salido perdiendo en el test ingrato del estudio Pisa. Con todo, ven en las enseñanzas artísticas un refrendo a los intereses identitarios, al crecimiento personal, al desarrollo cognitivo, a la práctica asociativa y a la sensibilización que nace y se desarrolla en actividades de este corte artístico y no otras, pese a quien le pese.

Con todo, sabemos que hay espacio para todos. Para aquellos que anhelan una educación en asturiano -ya me dirán que sentido cobra a estas alturas- o los que creen que nuestros jóvenes no alcanzan los niveles exigidos en matemáticas o en lengua. Lo cierto es que sólo hace falta leer sus trabajos, escuchar sus razonamientos y comprobar las fatalidades que nos regalan en cada ejercicio escrito.

Hoy les invito a que nos acompañen el jueves a las 20.00 horas, en la plaza de la Catedral, a fin de manifestarnos juntos haciendo aquello en lo que creemos. Cantar juntos, ofrecerán espacio para la cultura y la lucha desde una actividad social sensibilizadora que se presume útil y necesaria.

Por tanto, a todos los coros de Gijón, somos más de treinta, acudid en defensa de nuestro patrimonio, del derecho a recibir una educación seria y digna, rigurosa y completa, plena y referencial. Cantemos juntos, cada coro un par de obras, y todos juntos, «Como la Flor» de Torner, bajo la dirección de quien les escribe.

Os invito a que meditéis y que cantéis alto para que en la Consejería se planteen realmente qué están haciendo y cuáles son los motivos reales de esta decisión que en nada podemos ni debemos compartir. Salgamos a la calle, reunámonos, disfrutemos y enseñémosles a los políticos las bondades de formarse musical y vitalmente. Cada día somos más los que apoyamos esta propuesta. Súmense y apuesten por una educación privilegiada de primer orden. Os esperamos. No nos defraudéis. En buena hora.