J. M. CEINOS

En el verano de 1928, hace 79 años, la firma madrileña Colecciones Loty (sus propietarios eran Concepción López y Charles Alberty, de ahí el nombre de la empresa), dedicada a la venta de fotografías para publicaciones y exposiciones y de tarjetas postales, envió a Asturias al fotógrafo portugués António Passaporte (1901-1983), hijo de una de las familias más reconocidas en la historia de la fotografía de Portugal y originaria de Évora, en el Alto Alentejo.

De aquel viaje a la Asturias de las postrimerías de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja el fotógrafo alentejano obtuvo un completo fresco asturiano tras pasear su cámara por ciudades, villas y pueblos. Ochenta de esas fotografías se pueden ver hasta el próximo 23 de septiembre en el Museo del Pueblo de Asturias, donde ayer se inauguró la exposición titulada «Asturias 1928. Fotografías de Loty», con la asistencia de la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, entre otros.

La exposición recoge fotografías tomadas por Passaporte en Gijón, Pravia, Pola de Lena, Pajares, Arriondas, Oviedo, Santullano, Covadonga, Avilés, Ablaña, Cangas de Onís y los Picos de Europa. Se trata de la primera muestra fotográfica que se cuelga en el Museo del Pueblo de Asturias con fondos ajenos a la entidad, como explicó ayer su director, Joaquín López, durante la presentación de la exposición. Los fondos fotográficos del Museo del Pueblo de Asturias constan de medio millón de negativos y positivos de fotografía asturiano, lo que dio para realizar ya veinticinco exposiciones «y hay para otras tantas», afirmó Joaquín López.

En la presentación también estuvieron presentes Álvaro Martínez, subdirector del Instituto del Patrimonio Histórico Español, e Ignacio González, director de proyectos de la compañía aseguradora Mapfre, entidades que organizan la exposición conjuntamente, dentro de un plan para dar a conocer por toda España el llamado «Archivo Loty», que consta de más de 7.000 negativos de vidrio que se guardan en la fototeca histórica del Instituto del Patrimonio Histórico Español. La primera exposición se celebró en Segovia hace varios meses.

Doble valor

Álvaro Martínez destacó de la fototeca histórica que tiene un doble valor: «Por un lado, el histórico, y por otro, el instrumental como apoyo para las intervenciones de restauración», especialmente de monumentos. Respecto a «Asturias 1928», el subdirector del Instituto del Patrimonio Histórico Español afirmó que «queremos que la gente se enfrente con su propio patrimonio urbano y vea lo que se ganó o perdió con el progreso». En otras palabras, «las ciudades antes de la invasión de los automóviles».

Respecto a las fotografías tomadas por Passaporte en Gijón, Álvaro Martínez opinó que desprenden «un aroma de ciudad colonial y portuaria parecida al ensanche de La Habana».

De Gijón se exponen 20 imágenes, entre ellas del edificio del Banco Minero e Industrial de Asturias, del puerto viejo, del pabellón Santa Catalina del Real Club Astur de Regatas, del Campo Valdés, del arenal de San Lorenzo con sus balnearios, del Mercado del Sur, de la calle Corrida, de los jardines de Begoña, de los teatros Dindurra y Robledo, de la fuente de la Pipa y de las calles de Jovellanos y de Menéndez Valdés.