Miriam SUÁREZ

El poblado de Santa Bárbara se esconde tras un «muro» de viejas edificaciones -cuyos días están contados- y de industrias de primera fila. Empresas que forman un polígono alargado a orillas de la antigua carretera de Oviedo, hoy convertida en avenida a su paso por el casco urbano. Pocos saben del poderío industrial que despliega Santa Bárbara, principalmente porque esa zona es conocida desde antiguo como alto Pumarín.

Ahora, la zona tiene nombre propio y el vecindario marca territorio. Entre Nuevo Gijón y Cañamina, «eso es Santa Bárbara», que hilvana un tejido empresarial donde se fabrican desde amortiguadores a equipamiento de lubricación; donde existe desde un concesionario de Mercedes a una planta que distribuye ropa de trabajo.

Unos 2,7 millones de

amortiguadores al año

La planta gijonesa de Tenneco Automotive, empresa vinculada a la firma americana Monroe, ocupa la esquina de entrada a Santa Bárbara. Tras su fachada de cristales tintados, trabajan 237 personas y se producen más de 2,7 millones de amortiguadores al año: el 34 por ciento para Peugeot/Citroën, el 27 por ciento para los recambistas que Monroe tiene en Europa, el 25 por ciento para la marca Ford/Mazda y el 14 por ciento restante para Volkswagen. La empresa lleva más de cuarenta años en el mismo emplazamiento, aunque ha cambiado varias veces de nombre y de manos. Empezó siendo Bulnes, S. A. (fundada por la familia Echevarría y los hermanos Medio); en 1976, se convirtió en Amortiguadores Armstrong, y, a partir del año 1989, pasó a llamarse Tenneco Automotive. Su superficie de producción supera, a día de hoy, los 10.000 metros cuadrados.

Un grupo presente en más de cien países

Las instalaciones de Samoa en el alto Pumarín forman hoy parte de su historia pasada. Asturiana de Manufacturas, S. L. (Samoa) se ubicó en la zona en 1968, seis años después de su fundación (el promotor del proyecto industrial fue Octavio Álvarez con otros tres socios asturianos). En el año 1989, se transforma en sociedad anónima, pasando a denominarse Samoa Industrial, S. A., que actualmente pertenece al grupo internacional Linter, cuyas oficinas centrales se encuentran en el polígono industrial de Porceyo.

El grupo es líder en equipamiento de lubricación, con fabricación y empresas filiales en el País Vasco, Cataluña, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Escandinavia, Bélgica y Alemania. Fabrica equipos para la distribución de lubricantes, sistemas para la manipulación de fluidos, electrobombas para servicio de gasóleo, compresores de aire, equipos electrónicos y sistemas de control de fluidos... Hasta 1.400 referencias comerciales.

Sus productos tienen aplicación en el sector químico, el industrial, la automoción, la agricultura, la construcción y en la minería. Entre sus usuarios, figuran Sun-Chemical, Airbus, Mercedes, Repsol, Total (productos petrolíferos),Volvo, Scania, JCB (maquinaria para construcción), Case-NewHolland (tractores). Linter exporta a más de un centenar de países bajo diferentes marcas comerciales propias, entre ellas Samoa. Linter desarrolla su producción de Gijón en Tremañes, Roces, Porceyo y Santa Bárbara. La fábrica del alto Pumarín, la más antigua, ha reducido considerablemente su actividad, aunque sigue siendo uno de los referentes visuales de la zona.

Ropa de trabajo para España, Francia y Portugal

El grupo Norvil, dedicado a la fabricación y distribución de ropa de trabajo, se posicionó en Santa Bárbara bajo el nombre de Pertte hace unos tres años. Su cuartel general se encuentra en el polígono Mora Garay de Tremañes, pero «necesitábamos más espacio», explica María José Fernández, responsable de Administración. Así que la empresa decidió instalarse en una nave situada en la avenida de Miguel Hernández, el vial que articula las entradas y salidas del barrio. En ese edificio, se almacena la materia prima de la ropa que Norvil elabora en Tremañes y la línea de prendas de importación que también distribuye la empresa. «Empezamos a trabajar con talleres chinos en 2007», apunta Fernández. Además, «en Santa Bárbara tenemos una de nuestras máquinas de corte automáticas», precisa. En total, este grupo mueve unas 600.000 prendas al año, que comercializa en toda España, Portugal y «algo» de Francia.