C. JIMÉNEZ

La revolución tecnológica ha tenido un impacto importante en el campo de la biología. Biozell Diagnóstico Molecular, S. L. realiza pruebas de todo tipo asociadas al desentrañamiento de incógnitas de carácter genético gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías. Esta empresa, fundada por socios asturianos hace seis años, se ha convertido en la primera y única de carácter científico en el área empresarial de Cabueñes. Realizan desde pruebas de paternidad a diagnósticos sobre enfermedades infecciosas e, incluso, análisis para desvelar el sexo de las aves.

Son la «nota de color» en un espacio asociado a las empresas tecnológicas en el que echan en falta más actividades vinculadas a su área de trabajo. «Al principio sonaba raro, algunos laboratorios incluso se extrañaban de los servicios que ofrecíamos, y hoy acuden a nosotros gabinetes de toda España», relata la directora del laboratorio, Lucía Camacho.

La proliferación de series de investigación científica en televisión que muestran el delicado proceso de extracción y análisis de ADN creen que no les hace mucho bien. «En parte nos beneficia, porque se da a conocer nuestro trabajo, pero también nos perjudica; no todo es como lo pintan», afirma Lucía Camacho.

La realidad para este laboratorio de genética es bien distinta. Algunas personas incluso llegan a desahogarse con la directora y su compañera, Ana García Arroyo, ambas tituladas en Biología por la Universidad de Oviedo. «Se ven casos muy duros, con implicaciones muy fuertes», comentan. Las pruebas de paternidad revelaron el caso de padres que llevaban años pasando una pensión a hijos que no eran suyos. Los varones constituyen la mayoría de los que son objeto de estos análisis.

Camacho opina que la tendencia irá al alza en los próximos años porque las pruebas de paternidad no son una moda, sino un servicio al ciudadano, afirma. Para la responsable de este laboratorio, «el ADN es el futuro», a la vista de su trabajo en el desenvolvimiento de incógnitas relativas a las enfermedades asociadas a genes.

Realizan diagnósticos para toda España, Francia y Portugal, y ya suman alrededor de 500 al año sólo en paternidades. También analizan muestras para detectar enfermedades hereditarias, infecciosas o ginecológicas, previa solicitud de un gabinete médico, además de análisis de identificación de semen y otras investigaciones solicitadas por particulares de tipo genético.

Para realizar el análisis de ADN se solicita el material de toma de muestra en mucosa bucal al laboratorio. Cualquier persona puede realizar la prueba en casa y remitirla al laboratorio vía postal, sin necesidad de personarse en la oficina. Todo el proceso se sigue con total confidencialidad. Los resultados pueden ser devueltos mediante correo electrónico.

En las peticiones de carácter informativo nunca se incluyen datos personales. Los resultados están listos en un plazo de tres a diez días y cuestan 390 euros. En las pruebas con validez jurídica es necesario que las partes implicadas lo autoricen. El precio se eleva a 590 euros.

Con frecuencia reciben todo tipo de material: tiritas, colillas, pelos arrancados... aunque no todos son válidos. En las paternidades se analiza la huella genética del presunto padre y del hijo. Si las máquinas de amplificación utilizadas en el proceso no detectan diferencias, la paternidad está prácticamente probada.

Biozell también trabaja como laboratorio veterinario. Las pruebas genéticas en animales, apoyadas por una asociación canina de Murcia, se realizan para confirmar pedigrís, principalmente. En perros cuesta 20 euros cada una y son más ágiles porque se analizan menos marcadores que en el ADN humano; reciben muchas peticiones de Levante. La toma de muestras se realiza en la mucosa bucal o en sangre.

Uno de los servicios más llamativos es la prueba de sexado de aves, muy valorada por los reproductores de avifauna. Únicamente se precisa una pluma del animal y «es fiable cien por cien», sostienen los técnicos. El precio es de 30 euros. En fechas recientes el primer laboratorio de biotecnología molecular del Principado ha recibido encargos para caballos y gatos, «y casi todo lo que la gente tiene por casa». Cosas de la revolución genética.