Deva despidió ayer a Fernando Magdaleno Laca, denominado popular y cariñosamente como Nani Magdaleno. El pintor, nacido en Oviedo pero afincado desde siempre en Gijón, falleció el pasado sábado, a los 88 años. Nani Magdaleno, que estaba casado con Carmen González Medio, con la que en 2004 había celebrado sus bodas de oro, tenía dos hijos, Consuelo y Fernando.

La pasión de Magdaleno por la pintura comenzó desde niño, pero, a pesar de su gusto por los lienzos, cursó los estudios de Farmacia, y así, como él siempre recordaba a sus amigos, evitaba tener que subsistir vendiendo acuarelas de algunos de los más importantes pintores gijonés como Luis Prado o Piñole.

Una vez finalizados sus estudios farmacéuticos, Nani Magdaleno abrió una farmacia en el barrio de El Llano, pero eso no impidió que continuase con su afición por la pintura, ya que su pasión la realizaba en sus ratos libres en la rebotica. Ahí fue donde comenzó a tomarse en serio la pintura, empujado por Manilo Rea, fundador de la Agrupación Gijonesa de Bellas Artes. Durante su brillante carrera recibió numerosos premios y reconocimientos, aunque nunca les dio gran importancia.

La última obra de Nani Magdaleno data del año 2005 y fue el libro «Un recuerdo llamado tranvía», que recogía 15 relatos breves y 37 ilustraciones a plumilla hechas por el autor. A pesar de llevar muchos años sin sacar a la luz ningún cuadro, Magdaleno siguió pintando durante los últimos años de su vida en su estudio de Deva.