A. R.

La Unidad de Radiología del Hospital de Cabueñes está llevando a cabo obras de adecuación en una de las salas del servicio para albergar, de forma inmediata, la mesa de estereotaxia digital que servirá para trabajar en nuevos procedimientos relacionados con el diagnóstico de cánceres de mama. La nueva técnica está enfocada a evitar el paso por quirófano, con la consiguiente anestesia general, de algunas pacientes que ahora tienen que asumir ese trago para confirmar o descartar una sospecha de carcinoma.

Aunque hace varios meses que estaba confirmada la adquisición de este equipo para el Hospital de Cabueñes -se considera una técnica de alta precisión-, lo cierto es que los tiempos de compra, recepción y adecuación de espacios se han alargado algo más de lo que iniicialmente apuntaba la gerencia del hospital. La cirujana Carmen Moriyón, coordinadora de la unidad de mama, asegura que ahora que ya se ha comenzado con la adecuación de espacios es muy posible que en breve plazo de tiempo (en menos de un mes) se pueda estar trabajando con la mesa.

Son muchas las mujeres que ante una sospecha de un problema en la mama por lesiones no palpables (por ejemplo, las microcalcificaciones) tienen que pasar por el trago de lo que se denomina «los arpones», un tipo de biopsias para lograr un diagnóstico. En la actualidad para una paciente gijonesa esas biopsias requieren de ingreso hospitalario, entrada en quirófano y anestesia general. Lo que no hace sino incrementar la ansiedad que sufren muchas mujeres en la fase inicial de la enfermedad.

«Con la mesa todo eso se evita porque a las mujeres se les hace en una sala de rayos una biopsia, con anestesia local y en régimen ambulatorio (no requiere ingreso ni antes ni después de la prueba) y de una forma bastante simplificada», explicaba el pasado mes de mayo la cirujana. De hecho, se estima que la duración de la prueba puede rondar la media hora. «Si al año hacemos unos 80 arpones en Cabueñes, sabemos que unos 50 van a ser benignos», añadía. Lo que se traduce en que habrá unas 50 mujeres que ni siquiera para el diagnóstico tendrán que entrar en un quirófano, ya que sólo pasarán por una sala de la unidad de radiología y se harán una prueba en la mesa.