Felgueroso agregó que Encarna Vega vivió siempre «con la memoria de unos tiempos grises que jamás podían volver, con la inteligencia de quien opta por la solidaridad como la herramienta para hacer el mundo más visible y con la voluntad de ser mujer, ser de izquierdas y ejercer de ser humano sin miedo».

El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, destacó de Encarna Vega «su gran amor; era una persona siempre al lado de Marcelo, alguien incondicional por encima de cualquier circunstancia; una pareja cuya relación sólo pudo interrumpir la muerte». Una incondicionalidad «no sólo en el amor, sino también en la amistad y en el compromiso político» de una persona que Areces definió como «energética y exigente; lo sabe Marcelo, tenía genio, pero a la vez una sonrisa y cuando llegaron los momentos duros, allí estuvo siempre». Ahora «tendrá una larga vida en nuestra memoria».

Otro de los oradores, en un acto que acabó con la entonación de la «Internacional» y con cientos de manos levantando rosas rojas, fue el secretario general de UGT de Asturias, Justo Rodríguez Braga, quien recordó que Encarna y Marcelo fueron «receptivos» a la postura de UGT en uno de los momentos en los que el sindicato socialista se distanció del PSOE; durante la huelga general del 14 de diciembre de 1988. Además de esta reflexión como muestra de una «lección de solidaridad, tolerancia y democracia», Rodríguez Braga destacó que Encarna Vega se ha convertido en un «referente para el socialismo gijonés, asturiano y español, para todos los trabajadores y en una persona querida por todos».