El día 29 de agosto de 1924, el rey Alfonso XIII firmó un real decreto en el cual se decía que «queriendo dar una especial muestra de aprecio a la ciudad de Gijón se conceden al Real Club Astur de Regatas y previo el correspondiente deslinde de los terrenos que ocupó la antigua Batería de San Pedro para atender a los fines sociales de dicho Club».

Se felicitaba el Real Astur de Regatas por entonces, ya que era una aspiración de poseer en pleno dominio los terrenos del cerro de Santa Catalina, donde se levanta su pabellón. Era un indiscutible beneficio ya que hasta la firma del real decreto el Club de Regatas disfrutaba los terrenos a título de interinidad.

Toma de nuevo importancia el recuerdo de este real decreto ante la inauguración de una nueva escalera, que se puede llamar La Cantábrica, porque de la anulación del mismo no se tienen documentos oficiales y, por tanto, sigue latente el pleno dominio de estos terrenos por parte del Real Club Astur de Regatas.

Aquí simplemente se expone un acontecimiento local histórico.