Intentó sobrepasar sus funciones laborales y vender plazas de garaje, por lo que ahora la fiscalía solicita para él una pena de 4 años y medio de prisión. La historia comenzó cuando un empleado de una inmobiliaria se excedió en la autorización que le había dado la promotora para la que trabajaba y comenzó la venta de plazas de garaje en el año 2005.

A la hora de formalizar el contrato de las plazas, el acusado les pedía una señal. Una vez que salió a la luz el caso, devolvió estos adelantos de dinero. La vista oral del caso se celebrará en la Sección Octava de la Audiencia Provincial con sede en Gijón.