Albina FERNÁNDEZ

La calle Marqués de San Esteban vivió ayer una jornada de calma en espera de las modificaciones del proyecto inicial que realice hoy la Empresa Municipal de Aguas (Ema), para mitigar los problemas que está causando la obra del colector en la zona. Vecinos y comerciantes se concentrarán sobre las 13.15 horas de hoy a la altura del número 33, para analizar tales modificaciones y determinar si son suficientes para garantizar la seguridad ciudadana y la comunicación comercial entre las dos aceras.

El portavoz del comercio de la calle, Avelino Gutiérrez, resaltó ayer que «la gente está muy quemada» y que si las modificaciones que realice la Ema no son suficientes «no tendremos más remedio que hacer algo, incluido el cerrar el paso de los vehículos por Pedro Duro y Rodríguez Sampedro».

La Ema anunció tres medidas inmediatas. Por una parte, que una vez que concluyeron los trabajos entre los números 63 y 55, abrirá hoy un paso peatonal de 5 metros de ancho para conectar las dos aceras y sustituirá las actuales vallas por otras de tipo somier en se tramo. La segunda medida es la apertura al tráfico, el próximo lunes, del desvío de la estación del Norte. Y la tercera, que el tramo entre el número 35 de la calle Marqués de San Esteban y la calle Pedro Duro permanecerá sin vallar. Unas modificaciones al proyecto, precisó la Ema, que responden «al esfuerzo de la empresa por dotarlo de mayor calidad en su ejecución» y de «mayor seguridad a la obra, primando por encima de temas económicos o de plazos».

La seguridad es precisamente la principal preocupación vecinal, máxime cuando el pasado martes falleció una mujer de un infarto sin que la uvi móvil pudiera acceder a su domicilio. María José Álvarez, impulsora de la campaña de recogida de firmas para exigir la apertura de la travesía de Fomento, señaló, en este sentido, que «no podemos consentir que una ambulancia no pueda pasar en casi un kilómetro cuando hay, por ejemplo, enfermos de diálisis que van todos los días a rehabilitación. Este asunto hay que solucionarlo porque puede volver a pasar en cualquier momento». La principal preocupación en el comercio es que no se acaben las obras para junio porque la época estival es la de mayor actividad, y los inconvenientes que provocan el ruido, el polvo, el corte de tráfico y la pérdida de aparcamientos. El sector pide unas previsiones realistas del fin de las obras, un acceso para el reparto de mercancías complementado con una zona de carga y descarga, y una ubicación definitiva para lo contenedores.