R. GARCÍA

«Es lo único que podemos hacer ya, cortar la calle, que es nuestra, y denunciar el voz alta para ver si haciéndolo público nos escuchan de una vez». Así hablaba ayer uno de los miembros de la familia Uría Cascat. Esta familia gijonesa asegura que el Ayuntamiento y el Gobierno del Principado aún no les han pagado lo que les debe desde hace muchos años por un terreno que poseen frente al garaje «Rape» en la calle Magnus Blikstad. La familia tiene a su favor sentencias desde 1971 en los Juzgados de Gijón y en la Audiencia Provincial.

El conflicto viene de lejos. La primera sentencia ganada contra el Ayuntamiento data del 19 de febrero de 1971, en el régimen anterior, con Luis Cueto Felgueroso como Alcalde.

Esta familia cuenta que hace más de 150 años sus antepasados cedieron al Ayuntamiento el uso de estos terrenos para la instalación de un fielato (aduana) en la ciudad, ya que era la entrada por la antigua carretera de Oviedo. En el acuerdo suscrito en aquel momento entre ambas partes se establecía, según la familia Uría «de manera clara», que en el momento que esta institución dejase de necesitar los terrenos, éstos deberían ser devueltos a sus legítimos propietarios. Pero no se cumplió así. El Consistorio gijonés comenzó a edificar en la zona en la que hoy hay viviendas y no pagó a la familia Uría Cascat, que ahora reclama: «lo que es de justicia». La última sentencia que aportan para justificar su reclamación y la propiedad de la calles la dictó la sección séptima de la Audiencia Provincial de Asturias en 2007. En ella el magistrado obliga al Ayuntamiento y a la Consejería de Ordenación del Territorio a «la entrega de la finca descrita en autos cesando cualquier acto de posesión sobre la misma». Desde ayer cortaron la calle que es suya. La han marcado con pintura para que se sepa. Piden que se devuelva su suelo o que se les indemnice. Las nuevas generaciones de la familia Uría Cascat seguirán pleiteando. Siglo y medio no es nada. Ellos lo tienen claro: la calle es suya.