Tres conductores fueron detenidos por agentes de la Policía Local, dos de ellos acusados de un delito contra la seguridad del tráfico y un tercero tras intentar esconder cocaína en su vehículo cuando realizaba un control de alcoholemia. Uno de los conductores estaba demasiado nervioso y tuvo que ser trasladado al área psiquiátrica del Hospital de Jove.

El primero de los detenidos fue interceptado por la Policía Local alrededor de las cuatro de la tarde del lunes. J. M. C. G., de 43 años de edad, fue localizado por los funcionarios policiales, que le pararon al percatarse de que conducía en estado ebrio. Un ciudadano les había alertado asegurando que en la calle Río de Oro circulaba un vehículo modelo VW Jetta «haciendo eses». Cuando los policías procedieron a su detención, el conductor se enfrentó a ellos y comenzó a pegarles puñetazos sin mediar palabra. Los agentes policiales le trasladaron a un centro de salud. Los responsables médicos poco pudieron hacer, por lo que el ciudadano tuvo que ser trasladado al área psiquiátrica del Hospital de Jove. Estaba demasiado nervioso, según la Policía.

Ya durante la madrugada de ayer la Policía Local detuvo a otros dos conductores, uno acusado de delitos contra la seguridad del tráfico y otro contra la salud pública. F. R. V., de 56 años de edad, y P. L. F., de 20 años, fueron detenidos en el control que los funcionarios policiales establecieron en la zona de Sanz Crespo.

La primera de las detenciones se llevó a cabo pasadas las tres y cuarto de la madrugada de ayer. El conductor, de Carreño, conducía un turismo modelo Mercedes 500. El conductor presentaba evidentes síntomas de encontrarse bajo los efectos del alcohol. El test de alcoholemia que le realizaron los funcionarios policiales arrojó un resultado de 0,64 miligramos de alcohol por litro de aire expirado, más del doble de la tasa máxima permitida, que se sitúa en 0,25.

En el mismo control policial se produjo la segunda y última de las detenciones, un cuarto de hora más tarde. En esta ocasión se detuvo a P. L. F., de 20 años de edad y vecino de Navia, en esta ocasión como presunto autor de un delito contra la salud pública. El joven intentaba esconder 10 gramos de cocaína al ver que la policía le había parado. Los funcionarios policiales le habían requerido cuando circulaba por la zona de Sanz Crespo para que realizara el control de alcoholemia.

Durante la parada los agentes descubrieron que el joven intentaba esconder la sustancia estupefaciente, que estaba destinada a la venta, por lo que fue detenido y ahora está acusado de un delito de venta de estupefacientes y, por tanto, contra la salud pública.