L. NOSTI

jorge peteiro

El día a día de una ciudad desde otro punto de vista, prestando atención a aquello que no se ve pero que rodea la existencia de las personas que habitan el mundo en la era de las nuevas tecnologías: Laboral Centro de Arte ha querido acercar al centro de la ciudad a uno de sus invitados.

El artista austriaco Gordan Savicic se ha propuesto poner sobre la mesa, o sobre su propio cuerpo, la evidencia del sometimiento humano a los medios de comunicación modernos. Y, para ello, no se lo pensó dos veces a la hora de quitarse la camisa, en plena plaza del Instituto, para colocarse un particular corsé pectoral conectado a tres motores de alta torsión y a una consola de videojuegos con Wifi.

El funcionamiento de este aparato es tan sencillo como potencialmente doloroso. En el momento en que el sistema detecta un entorno con conexión inalámbrica, los motores tensan las correas que rodean el cuerpo de su portador. Cuanto mejor y más potente sea la señal que recogen, mayor es la tensión ejercida por un corsé que bien podría ser parte del atrezzo de una película de terror. «En este momento hay 12 señales en el entorno, pero sólo están conectadas la mitad, y solamente al 50%. De estar a tope... », explicaba el artista, que ya mostraba en su torso tímidas señales de anteriores experiencias con la excéntrica chaqueta. Este artilugio ha encontrado un destino idóneo en la exposición que Laboral Centro de Arte y Creación Industrial inaugura mañana bajo el título «Homo Ludens Ludens», nombre que también englobará un simposio internacional dirigido a enmarcar el contexto del juego contemporáneo, destacar su carácter interdisciplinar y presentar la multifacética realidad de la sociedad lúdica en la que vivimos. Savicic exhibirá su obra en Laboral trazando un mapa de Gijón bien distinto al habitual: el de una ciudad que se percibe únicamente de un modo subconsciente. Una visión de la villa que ayer compartió con los gijoneses que pasaron por la plaza del Parchís.