Covadonga JIMÉNEZ

C. JIMÉNEZ

«Aunque no sea capital, Gijón es una ciudad de capital importancia». La alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, reabrió ayer el debate sobre la capitalidad durante la inauguración de las instalaciones de Adaro Tecnología en el Parque Científico y Tecnológico de Cabueñes. La regidora defendió la necesidad de «capitales claves» para que una ciudad se considere avanzada, incluyendo en este punto el capital social, intelectual, democrático, financiero, de ocio y técnico, aspectos todos ellos que, a juicio de la regidora, reúne Gijón.

Felgueroso aprovechó su intervención ante una amplia representación del mundo empresarial asturiano para reclamar para la ciudad la centralidad por el polo tecnológico que en ella se asienta. Este Ayuntamiento se siente especialmente orgulloso en la actividad desarrollada en el área empresarial de Cabueñes, con 35 firmas asentadas en la actualidad y 720 personas trabajando.

El Parque Tecnológico es para Felgueroso un espacio «pleno de vitalidad empresarial» donde a día de hoy se emplazan firmas punteras de la sociedad del conocimiento «que desarrollan sinergias con el campus universitario y la Laboral», motivo suficiente, a su juicio, para demostrar que tan importante como el tamaño de la empresa es el desarrollo de ideas y estrategias creativas.

La inauguración de las instalaciones de Adaro en el Parque Tecnológico se ha hecho coincidir con la celebración del 105 aniversario de Adaro Tecnología. Felgueroso señaló a esta centenaria firma como ejemplo de tenacidad empresarial, que le ha valido para ser a día de hoy «una moderna e internacionalizada empresa».

El diseño, fabricación y comercialización de productos vanguardistas y punteros en su sector desde el polo tecnológico de Cabueñes es para la Alcaldesa de Gijón uno de los principales argumentos para reinvindicar esa capitalidad tecnológica.

En la memoria de todos en el día de ayer estaba Luis Adaro Ruiz-Falcó, principal impulsor del negocio de Adaro que arrancó hace 105 años en la ciudad con un capital social de 350.000 de las antiguas pesetas y una factoría con un motor y 20 tornos en la que trabajaban 500 obreros, formados en el exterior, que la hizo ser la primera del género en la provincia. La firma ha hecho de la innovación permanente su seña de identidad, adaptando el espíritu de la industria tradicional a las cambiantes exigencias del mercado.

«Él nos inculcó el ejemplo para seguir un buen camino empresarial, lo que intentamos conseguir cada día un poco más» , manifestó el actual presidente del consejo de administración de la firma e hijo del recordado empresario gijonés, Luis Adaro de Jove.