Eloy MÉNDEZ

El pasado lunes, 14 de abril, se cumplieron setenta y siete años de la proclamación en la Puerta del Sol de Madrid de la II República Española. Una efeméride significativa para la formación Izquierda Republicana, partido fundado en 1934 por Manuel Azaña, presidente del Gobierno (1931 a 1933 y 1936) y jefe del Estado (1936 a 1939), tras la fusión de tres fuerzas políticas: Acción Republicana, Partido Republicano Radical Socialista y la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA). Su secretario general en Asturias, Miguel Bernardo, aprovechó el aniversario para reclamar más «educación en valores» de la sociedad que desemboque en el establecimiento de una República «que sea patrimonio de todos».

-Casi ochenta años después, ¿qué valores republicanos han llegado hasta nuestros días?

-Queda una historia, no sólo de la II República, sino un republicanismo que comienza mucho antes y que es producto de una tradición que viene desde los ilustrados, pasando por los liberales y desemboca en el espíritu republicano. Queda una historia sin cerrar y quedan buenos recuerdos de una España que intentó salir de su atraso y que luchó por las libertades, pero que no pudo después de haber sido valiente, sobre todo, durante los dos primeros años de la República. Además, nadie puede negar que el modelo de Constitución que tenemos ahora bebe del republicanismo y de constituciones como la de 1931 y la de 1812.

-¿Nace la Constitución republicana con el suficiente consenso político?

-Creo que fue una Constitución más elaborada que la de la I República porque muchos republicanos se unen en el pacto de San Sebastián para dar origen a un movimiento fuerte de republicanismo que se opone al atraso de una España, que cada vez era un país más servil y analfabeto. La II República vino con un sustrato bueno, pero como dijo en su exilio Manuel Azaña, se hizo una República sin republicanos. A la República no se la supo cuidar ni mimar. No se valoró la suerte de España de tener una Constitución tan moderna. Ahora bien, hay que dejar claro que la República llegó en medio de un pueblo hambriento y analfabeto y sumido en guerras como la de África. La República llegó en una situación muy difícil.

-Su partido tuvo responsabilidad de Gobierno durante la Segunda República. ¿Entronca actualmente con aquella gestión?

-Izquierda Republicana entronca con el civismo y la responsabilidad. Es un partido que cree que los ciudadanos son lo más importante. Entronca con el laicismo, con los valores cívicos. Y ese camino fue el que inició Manuel Azaña. El partido contaba con personajes importantísimos como los asturianos José Maldonado, Augusto Barcia, Álvaro de Albornoz. Era un partido moderado políticamente, pero netamente republicano. Tenemos claro que la República, ni antes ni ahora, es patrimonio ni de la derecha ni de la izquierda: es de todos los ciudadanos.

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Secretario general de Izquierda Republicana en Asturias