C. JIMÉNEZ

El sector tecnológico, aquejado de un importante déficit de recursos humanos en un momento también de escasez de titulados en las escuelas universitarias, se enfrenta a una etapa de incertidumbre. En un área con gran proyección de futuro que ve limitada su capacidad de crecimiento por la escasez de personal los profesionales del sector detectan un desajuste entre la formación técnica y las demandas del sector empresarial. La Universidad no ha incorporado aún a sus planes de estudios las tecnologías más utilizadas por las compañías asturianas: Java y SAP, dos lenguajes de programación muy demandados por el sector empresarial.

David Melendi El Colegio de Ingenieros Informáticos cuestiona la «alarmante gravedad» de la carencia de profesionales en el sector, tal como se desprende del escaso acceso a su bolsa de trabajo por parte de las empresas demandantes de personal cualificado. Frente a las estimaciones más recientes del sector tecnológico asturiano, que apuntan que en los próximos dos años se podrían dejar sin cubrir algo más de 900 puestos de trabajo, el colegio propone un mejor aprovechamiento de las capacidades transversales de los ingenieros en Informática, de forma que «estén situados en puestos y desempeños profesionales acordes con su formación», en lugar de ser empleados en funciones muy por debajo de su capacidad, como ocurre en la actualidad. A la vista de las últimas cifras de matriculación de la Universidad de Oviedo, sin negar que «esa supuesta escasez de personal» pueda llegar a amenazar el crecimiento del sector a medio plazo, la junta de gobierno del colegio que preside plantea realizar un estudio de los perfiles profesionales que demanda el mercado.

Sin ánimo de polemizar, el decano de los ingenieros informáticos señala que las últimas manifestaciones procedentes del sector TIC asturiano «están generando gran confusión, un profundo malestar y falsas expectativas, especialmente entre los más jóvenes». Ante esta situación muchos profesionales optan por emigrar a otras regiones, e incluso a otros países de la Unión Europea, donde sí tienen ese reconocimiento, tal como coinciden en señalar los alumnos.

Para superar este momento de incertidumbre en la profesión, el colegio se ofrece a colaborar con las empresas asturianas en la definición de los perfiles profesionales que servirán para atajar el actual déficit de recursos humanos, lo que redundará en un mayor reconocimiento de los profesionales. Este ofrecimiento no se limita en exclusiva al sector empresarial, sino también a las administraciones públicas, con la finalidad de elaborar planes de impulso a la sociedad de la información.

Luis Le Barbier Rafael Rasillo Muchas empresas optan por acudir a los números 1 de cada promoción para asegurarse un determinado perfil profesional y también una cierta estabilidad de la plantilla. Tal es el caso de la empresa Fi2net, asentada en el Parque Científico y Tecnológico de Gijón desde hace apenas un año, en cuyas filas se encuentran los números 1 de las últimas promociones de Ingeniería Informática y de Telecomunicación de los últimos años. ,gerente de la compañía, lamenta lo frustrante de la realidad del mercado laboral: «No hay atribuciones, ni firma, ni nada, al final cualquiera puede trabajar en este sector». Una afirmación en la que coincide con , estudiante de último curso de Ingeniería Informática en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Gijón. «Si conoces el lenguaje de programación que demanda la empresa, te pueden fichar, sea cual sea tu formación», ratifica este estudiante.

Pablo Priesca En medio de esta problemática hay quien ha encontrado un nicho de negocio en las carencias formativas reseñadas. Los cursos de tecnologías SAP y Java son ahora los más demandados en el mercado, y ante la falta de formación en las escuelas universitarias, muchos recién titulados y los veteranos acuden a esta oferta formativa de empresas de e-learning y organismos públicos para reciclarse. El diagnóstico del director de la Fundación CTIC, , viene a completar esta idea: «El ritmo de crecimiento es mayor que el flujo de salida de los titulados universitarios», señala. Este experto propone mejorar los niveles de matriculación y la orientación de los estudiantes dentro del sistema educativo, para que no se produzcan esos desajustes. «En una sociedad con tantas motivaciones como la nuestra la cultura del menor esfuerzo creo que es la que motiva esta situación», añade el director de CTIC.

Inmaculada Isúa y José Ramón Fernández son alumnos de la Escuela de Ingeniería Técnica Informática de Gijón. A punto de terminar sus estudios, ya piensan en la formación complementaria que deberá acompañar a su currículum antes de dar el salto definitivo al mercado laboral. «Salimos muy mal preparados de la Universidad y las empresas piden gente muy formada, algunos incluso exigen dos años de experiencia y el dominio de varios lenguajes de programación», comentan ambos estudiantes.

Lo que más demandan las firmas tecnológicas asentadas en el Principado es el lenguaje Java de programación para páginas web, un aspecto en el que apenas se profundiza en los tres cursos de la ingeniería técnica. Son muchos los que finalmente optan por salir fuera de Asturias buscando nuevas perspectivas laborales. «Aquí hay mucha oferta, pero no de calidad», afirman los que ya han vivido la realidad del mercado laboral en sus propias carnes.

A los becarios les ofrecen 500 euros mensuales por una jornada laboral de ocho horas diarias. En el primer empleo los sueldos no exceden de los 800 euros, y resulta complicado pasar de mileurista. No obstante, José Ramón e Inmaculada son optimistas y creen que la suya es una profesión con futuro. Advierten que aún faltan por regular algunos aspectos de la formación universitaria para que se adecúe a las necesidades del mercado laboral.

Rafael Rasillo De la misma opinión es , estudiante de quinto de Ingeniería Informática, quien descubrió en primero carrera que la informática «era otra cosa diferente a lo que pensaba». Los titulados en el grado superior superan el límite de mileuristas y su salario se sitúa entre los 18.000 y los 25.000 euros al año, pero también se les exige una experiencia previa. En su caso la formación técnica sí contempla la tecnología Java, pero no la de SAP.

Las empresas del Principado demandan principalmente desarrolladores, mientras que la figura de consultor, un perfil muy demandado en otras comunidades autónomas para los ingenieros informáticos, no es propia de aquí. «Nadie se ha parado a pensar si realmente lo que quiere el informático es estar todo el día programando», indica este estudiante. «Es como si un arquitecto se pone a colocar ladrillos», añade. Los planes de estudios del ciclo superior de Ingeniería Informática datan del año 1993. En un sector tan cambiante como éste, los estudiantes echan en falta una mayor actualización de los respectivos planes formativos para adaptarse a la demanda actual del mercado laboral. La falta de competencias profesionales se traduce en problemas de intrusismo profesional, una cuestión que incluirán en el apartado de demandas más inmediatas para el nuevo rector, Vicente Gotor.

Pedro Hernández Arauzo El director de la Escuela de Ingeniería Técnica Informática, , concreta que el origen del problema se encuentra en la falta de definición acerca de la figura del informático. Ante la gran oferta formativa del mercado, con titulados de FP, universitarios y los próximos títulos de grado y máster vinculados a este sector, Hernández exige que se concreten los perfiles profesionales que se adaptan a cada puesto de trabajo. «Hablar de informática de forma genérica no es procedente», subraya. En este centro han sufrido un desplome importante de las matrículas, cifrado en un 50 por ciento desde 2006. Él lo atribuye a la caída demográfica y también a la amplia oferta formativa, aunque sí reconoce que la tecnología Java, una de las más demandadas por las empresas, no se incluye dentro de sus planes formativos, también «pendientes de actualizar».

Ricardo Tucho , director de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería, donde se imparten los estudios de Ingeniería Informática (superior), confirma que la suya no es una carrera que haya sufrido especialmente el bajón que registran sus vecinos. Suman entre 80 y 100 alumnos por curso. En la técnica ya no superan el medio centenar de estudiantes en algunas especialidades.

Tucho prevé que será en el plazo de uno o dos años cuando empiecen a verse afectados por este problema. Sí reconoce que muchas ofertas de empleo y prácticas que llegan al centro se devuelven desiertas. Actualmente se encuentran preparando un informe de seguimiento de los egresados de años anteriores para ver la evolución una vez insertados en el mercado laboral. Y ante la próxima etapa de cambios en el contexto de las universidades españolas ya están pensando en el título de grado más máster que podría distinguirles respecto a otros centros: la ingeniería web, con muchas posibilidades para resolver el actual déficit de especialistas en esta área.

«Hay que colocar a las personas en los puestos acordes con su formación»

«El ritmo de crecimiento es mayor que el flujo de salida de los universitarios»

«Aquí no sufrimos especialmente el bajón, hay entre 80 y 100 alumnos»

«No hay atribuciones, al final cualquiera puede trabajar en este sector»