Román GARCÍA

Los tres acusados de dar muerte a un pavo real en el parque de Isabel la Católica pretendían usar al animal muerto para realizar ritos de santería. Es la principal hipótesis en la que se trabaja desde la Comisaría de Gijón. Por eso, además del delito que ayer pesaba sobre ellos por haber atentado contra la flora y la fauna de la ciudad, ahora pueden enfrentarse a una acusación de estafa. Parece que no era la primera vez que hacían algo así. Fuentes internas del parque municipal de Isabel la Católica señalan que hacía unos días ya habían desaparecido otros animales. Ahora empiezan a aclararse algunas desapariciones

Los dos hombres y la mujer implicados en el suceso fueron detenidos el lunes cuando intentaban llevarse muerto un pavo real del parque de Isabel la Católica. Uno de los acusados, O. M. M., de 31 años, se había bajado del coche en el que le esperaban sus compañeros para robar el animal. Saltó la verja de entrada al lugar en el que se encontraba el pavo real, lo mató y se lo llevó en un saco. Cuando lo introdujo en el maletero fue sorprendido in fraganti por varios agentes de la Policía Local, que le persiguieron hasta detenerle y que descubrieron el animal muerto en el coche. Tras la detención fueron trasladados a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en El Coto, donde el principal detenido se negó a declarar. O. M. M. no quiso hablar hasta que llegó al Juzgado. Sus dos compañeros declararon en las dos ocasiones, tanto ante la Policía como ante el juez. En ambas declaraciones dijeron que no tenían «nada que ver» con el principal acusado.

O. M. M., de 31 años y vecino de Madrid, cuenta con trece detenciones anteriores por delitos contra el patrimonio, por lo que ya es un viejo conocido de la Policía. En el delito perpetrado el lunes iba acompañado por I. M. F. S., de 40 años y vecina de Gijón, y por F. S. M., de nacionalidad cubana, que se encontraba en situación irregular en España. Los tres fueron los responsables de la muerte del pavo real.

Una portavoz de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón señala que el delito pudo tener como objetivo último practicar un rito de santería. Las pistas policiales llegaron a concluir que estas personas están relacionadas con otras que en el mes de marzo de 2007 ya fueron detenidas por el Grupo de Delitos Económicos de la Comisaría de Gijón acusados de un delito de estafa. Habían realizado ritos de santería con los que habían estafado a una vecina de Gijón casi un millón de euros.

Ahora, la hipótesis más probable sobre la que trabajan los funcionarios es que el hombre que entró en la pajarera fuera a usar el cadáver del pavo real que mató con un cuchillo para llevar a cabo prácticas de santería y rituales de videntes. Algunos de los santeros dicen que adivinan el porvenir en las vísceras de determinadas especies de aves. Querían engañar a otras personas especialmente vulnerables en estos rituales adivinatorios.