Albina FERNÁNDEZ

Gijón cerró ayer con brillantez el 17.º congreso nacional de donantes de sangre. El acto más emotivo fue el homenaje a cinco donantes que superan las cien donaciones, que estuvo presidido por el consejero de Salud Ramón Quirós. «Quiero transmitir desde la Administración el máximo respeto, reconocimiento y admiración por estas personas que nos permiten tener una sanidad con garantías porque nos dan sangre, que es esencial y no se puede fabricar», dijo Quirós.

Los homenajeados fueron José Vicente Pascal Roncal (Navarra), Antonio Paulino Solana García (Cantabria), María del Carmen Alonso Peña (Castilla y León), Miguel Abia Cuchillo (Castilla-La Mancha), y Enrique García Cabrero de Pumarín (Gijón). El presidente de la Federación de Donantes, Martín Manceñido, explicó que en España sólo hay 70 donantes centenarios entre más de dos millones de donantes, de los que 15 ya fueron homenajeados.

El pamplonica José Vicente Pascal lleva 35 años donando y 248 donaciones. Reconoce que empezó por «puro egoísmo», para poder pasar a ver a su madre ingresada. «Era en 1973, una época en la que se necesitaba un pase para visitar a los enfermos y nosotros, como éramos muchos hermanos, teníamos problemas. Uno de mis hermanos era donante y pasaba con el carnet sin problemas, así que yo decidí hacer lo mismo. Luego pensé que no era justo que me aprovechara sin dar nada a cambio y seguí donando pese a que me daba mucho miedo». Ahora está dispuesto a seguir «hasta que me digan que no se necesita o que ya no puedo».

Antonio Paulino Solana dona desde 1977, hace ya 31 años, cuando alcanzó la mayoría de edad, 21 años entonces, y lleva 161 extracciones. «Quería donar desde los 18, pero mi padre no me dejó y tuve que esperar. Vi que había mucha necesidad, me surgió el deseo de donar y aquí estoy, nunca tuve ningún problema y me encuentro muy bien». Lo más importante para empezar a donar es «verlo con naturalidad» y lo más difícil «quitar el miedo a que te pinchen» pero, señaló, «no pasa nada y enseguida te recuperas».

María del Carmen Alonso es una de las pocas españolas con un centenar de donaciones. Empezó hace 33 años concienciada por su propia experiencia. «Yo necesité mucha sangre en mi primer parto. Notaba que me moría y las transfusiones me salvaron la vida. Siempre que puede hago campaña y quito miedo a la gente, y mis hijas también donan».

El albaceteño Miguel Abia es de la comunidad oratoriana de San Felipe Neri en la que conviven sacerdotes y seglares sin estar atados por ningún voto y donde cada uno es autónomo. Empezó a donar en la mili hace 39 años y dos meses. «Fue en 1969 en el Hospital Militar de Valencia, y lo hice porque daban un mes de permiso. Ahí se me quitó el miedo y seguí hasta que me digan vale».

El gijonés Enrique García Cabrero prefirió la donación a los comentarios públicos. Sin más.