A. RUBIERA

Los centros escolares de la ciudad están en pleno proceso de matriculación para el curso que viene. Aunque hasta el próximo 9 de mayo no se colgarán los listados oficiales de alumnos admitidos y excluidos en cada centro (serán, eso sí, listados provisionales), lo que ha concluido es la fase de preinscripción en los colegios y escuelas infantiles. Con esa fase cerrada, los centros empiezan a ser conocedores del «tirón» que este año han tenido entre las familias gijonesas.

En ese sentido, el escenario que se empieza a dibujar en la escolarización en Infantil (para alumnos de 3 años que son los que mayoritariamente se incorporan a los centros) no difiere demasiado de lo que viene siendo una constante en los últimos años: la red concertada -y especialmente los centros más grandes- mantiene el respaldo de un número de familias superior al que les reconoce su número de plazas escolares. De hecho, una primera estimación apunta a que más de 140 alumnos no obtendrán la plaza que querían en los colegios más grandes.

Y por lo que respeta a la red de centros públicos, obtener una plaza escolar en la zona sur del concejo, especialmente en los barrios de Montevil, Nuevo Gijón y El Llano, sigue siendo todo un triunfo. Como también lo es lograrla en algunos centros que se distinguen por programas educativos singulares, como es el caso del Atalía (por su proyecto bilingüe).

Los colegios de la red concertada, con sus más y sus menos, difícilmente podrán asumir a todos los solicitantes de plaza. Sólo el centro que regentan los jesuitas, el Colegio de la Inmaculada, que ofertaba 75 plazas escolares para alumnos de 3 años, ha tenido un excedente de 66 menores. Muy importante será también la baremación que se tenga que hacer en en otros dos centros regentados por religiosas: el Santo Ángel (26 alumnos por encima de plaza, algo que no era tan habitual en otros años) y La Asunción (25 de más). Ursulinas, con una docena de alumnos por encima de lo admisible, y Corazón de María, con otros 8 excedentes (siendo, como es, el colegio más grande del concejo), son otros centros donde habrá que sortear entre los solicitantes con igual número de puntos.

En el caso de la red pública entre los colegios con más demanda están los del barrio de Montevil (Montevil y Severo Ochoa). Con el agravante, además, de que las familias de esa zona no podrán recurrir a un colegio próximo como puede ser el Antonio Machado (Nuevo Gijón), ya que también está lleno e incluso tiene algún excedente.

En el barrio de El Llano, la matriculación en Infantil también está complicada, con 14 excedentes en el Gloria Fuertes y muy pocas plazas libres en El Llano y Menéndez Pidal. «Al menos -decía aliviada una portavoz del en Gloria Fuertes- entrarán todos los alumnos de zona y a quienes dejaremos fuera serán de zonas limítrofes, que nos han llegado muchos». El Colegio Begoña, con 14 excedentes, el Atalía con otros tantos, el Laviada o la escuela Zorrilla también tendrán que baremar algunas solicitudes. Y como ejemplo de cambios poblacionales está el Jacinto Benavente, de Vega, que roza el lleno en Infantil y ha tenido 15 solicitudes de otros cursos por traslados familiares.