No existe en toda la costa de nuestro municipio ningún lugar más apropiado para hacer el vertido permanente de las aguas residuales urbanas de Gijón, ya depuradas, que el punto de arranque del nuevo muelle que actualmente se construye en El Musel. Esta declaración nos compromete a realizar una explicación acerca de los motivos en que fundamentamos tal afirmación. Los pasamos a exponer.

1.º La condición primera que cada vertido deberá cumplir es conseguir que lo vertido no sólo se disuelva en las aguas receptoras ya sean mar, lago o río, sino que ese conjunto polucionado no retorne a orillas próximas, pues si así fuera buena parte del trabajo y gasto realizados habrán resultado inútiles, pues aunque esto se silencie u oculte, las aguas depuradas siguen, en mayor o menor medida, siendo tóxicas.

2.º No deberán ser vertidas aguas en lugares donde existan corrientes que las conduzcan a sitios cerrados o estancados donde la toxicidad se acumularía.

3.º El Musel, en el extremo norte del lugar conocido como Campa Torres, es el sitio más adecuado para instalar la pretendida EDAR, ya que la distancia a zonas pobladas es la mayor de las existentes en otros lugares y la que menor rechazo produciría si de la costa se trata.

Cualquier habitante de Gijón relacionado con el mar conoce que las corrientes marinas en nuestra costa están motivadas por los vientos de forma tal que un viento del Nordeste, el propio de Gijón en primavera y verano, se corresponde en nuestra costa con un traslado de aguas marinas en la misma dirección, es decir, de Este a Oeste. Si por el contrario el viento fuera del Oeste o Noroeste, como sucede frecuentemente en otoño e invierno, las aguas se desplazarían de Oeste a Este sin tocar la bahía, pero sí bañarían las playas de Peñarrubia, Serín, La Cagonera, Estaño y La Ñora, deteriorando sus aguas. Queda claro que cualquier vertido realizado en el este de Gijón, Peñarrubia, durante la primavera y el verano será introducido en la bahía de Gijón por la corriente producida por el viento dominante, el Nordeste, y el gran dique de El Musel hará de cierre, con lo que la acumulación de toxicidad y agua marina estancada irá en aumento. Este dique ha reducido ya en un 35 o 40 por ciento la renovación de las aguas en la bahía. Ya tenemos un mal presente en nuestras playas y nos espera un futuro catastrófico no lejano.

Así como los daños en el ecosistema marítimo producidos por los vertidos en Peñarrubia que, ya de por sí graves, se potencian con la existencia del dique nuevo de El Musel, que convierte en recipiente a la bahía de Gijón para cualquier vertido producido al este de la ciudad. El caso inverso al de Peñarrubia se produce si los vertidos se efectúan al exterior del nuevo dique en El Musel cualesquiera que sean los vientos: con vientos del Este o Nordeste, los de primavera-verano, las corrientes se dirigirán hacia el Cabo Peñas para rebasarlo salvando a distancia Candás, Luanco y Bañugues, contando como añadido con un factor favorable cual es el vertido en El Musel a gran profundidad, unos 20 metros - esto es posible en El Musel y no en Peñarrubia, donde no existe ese calado-, lo que producirá una mayor dilución del efluente, reduciendo proporcionalmente la carga contaminante diluida. Con vientos del Oeste, los frecuentes en otoño e invierno, las aguas se desplazarían a lo largo del exterior del muelle y se trasladarían hacia el Este a gran distancia de la costa y, consecuentemente, de todas las calas y playas existentes. En consecuencia, verter en la cara exterior del nuevo muelle de El Musel es garantía para Gijón y también para el resto de las localidades costeras próximas de reducción al mínimo del deterioro del agua marina en toda la costa central de Asturias desde Villaviciosa al Cabo Peñas. Éste es el momento oportuno para tratar un asunto de máxima importancia cual es el origen y carácter de las aguas tratadas en la EDAR de alta carga La Reguerona, cuya procedencia, así nos consta, es principalmente industrial. En principio se nos dijo que La Reguerona sería suficiente para atender las necesidades de todo Gijón y ahora, a tres años de su inauguración, es preciso ampliarla y construir otra para medio Gijón.

Si quienes en nuestra Administración recaudan el canon de aguas se ocuparan también de informarnos acerca de quiénes, qué y cuánto vierten en la red de recogida de La Reguerona las industrias a ellas conectadas, conoceríamos el motivo de que La Reguerona ya no sea bastante a tres años de ser inaugurada.

La Selmana de les Lletres Asturianes se dedicó este año a la poetisa gijonesa María Teresa González, nacida en Tremañes en 1950, que era buena amiga. Aparte de sus aficiones y de su entrega a la poesía, con una serie de premios en su fructífera carrera, tengo que destacarla como una persona de talante abierto, sincera y alegre, pero contundente cuando se cometía una injusticia a los hombres y mujeres en el trabajo. Cuando ella trabajaba en Aplicaciones Eléctricas Crady, desde muy niña, se vio implicada y comprometida con la lucha. A través del tiempo, a mediados de los ochenta, Tere fue, sin lugar a dudas, una mujer que aportó frescura y combatividad en defensa de los puestos de trabajo de la citada empresa. Hicimos de la lucha una fortaleza, unidad en pro de los que participamos en buscar una salida al grave problema que nos venía encima a los trabajadores y trabajadoras y a los sindicatos democráticos de clase Comisiones Obreras y USO. Durante meses ocupamos la empresa, Caja de Ahorros, Banco de Gijón. Detuvimos dos trenes, uno que salía de Gijón y otro de Oviedo, hasta que intervino la policía de forma contundente. En el primer caso, en Gijón, nos trasladaron a la Comisaría. Durante el recorrido me tocó estar con la compañera Tere y a la altura de Begoña se levantó medio inconsciente y gritó: «Dónde me lleváis, hijos...». Una vez en Comisaría, nos identificaron y, después de unas horas, nos pusieron en libertad con cargos y volvimos a la carga con el tren de Oviedo y la ocupación en la Dirección General de Trabajo y S. S., cuyo titular era Bernardo Jiménez. En ese momento nos encontrábamos negociando en la cuarta planta posibles salidas a esa problemática, pero como lo habíamos preparado había una serie de compañeros en la planta que, a una indicación mía, entraron de forma arrolladora al salón donde se efectuaba la reunión, increpando a los dirigentes de UGT por vendidos, al estar en contra de los trabajadores de esa sociedad anónima laboral. Cantalejo, representante de CC OO, y yo, de USO, intentamos apaciguar la crispación hacia los representantes de la otra agrupación sindical, tratando de buscar un consenso entre todos. Al recordar a esta compañera y amiga María Teresa, en este merecidísimo premio en la Selmana de les Lletres, quiero recordar un libro de Rosario Acuña en Asturias, ese pequeño poema: «Ya se escucha en las orillas / el rumor de la marea, / traen sus olas turbulentas / vendavales de dolores, / son lamento y sollozo de / incontables muchedumbres, / que murieron asfixiadas / bajo el yugo de la fuerza. / ¡Bien henchida de agonía! / ¡Ya se acercan!».

Mi pequeña contribución a Tere, su compañero Vicente García Oliva y a todos y todas los que quisieron y admiraron y se comprometieron con Tere en la lucha, en el progreso y en la cultura. Estés donde estés, María Teresa, no te olvidamos, pues has sido referente de nuestra vida en la lucha y la cultura. Hasta siempre.