Hay cosas que en unos años parecen mucho y acaban en nada, como el marxismo de la URSS. Carlos Marx fue un fracasado cuya doctrina política se ha ido al olvido, pues quería llevar su teoría marxista a Alemania, su patria, pero no se lo admitieron y se fue...

Pero como Rusia era un imperio pobre, Lenin leyó la teoría de Marx y, junto con Stalin, montó el Estado marxista de la URSS, y en los setenta años transcurridos, con las purgas efectuadas, con los gulags y demás, que causaron millones de víctimas, la revolución marxista murió en 1988, con la destrucción del Muro de Berlín, y la URSS desapareció, con lo que las naciones del este de Europa recobraron su propia independencia y personalidad, quedando también como naciones independientes y formalmente democráticas Rusia, Ucrania y las que se llamaban Letonia, Estonia y Lituania, así como las repúblicas del mar Negro.

Por otro lado, la victoria de Berlusconi en las elecciones de Italia como presidente del Gobierno ha confirmado la democracia en este país, después del desastre del Gobierno izquierdoso de Prodi.

Ante este Gobierno democrático de Berlusconi resulta absurdo hablar de farsa y neofascio, y confirma además el dominio en Europa de los gobiernos conservadores y no izquierdosos, como en Alemania, Francia, Italia y otros países. Recientemente ha sido elegido alcalde de Roma otro próximo a Berlusconi.

También se advierte, según los expertos, este movimiento para un futuro próximo en Gran Bretaña, donde las recientes elecciones municipales han dado la mayoría de alcaldes a los conservadores, incluyendo el de su capital, Londres. Y con los peores resultados para los laboristas. Por ello se predice la derrota en las próximas elecciones generales del país del laborista Gordon Brown, que sucedió a Blair en la Presidencia del Gobierno británico sin elecciones y a la mitad de su mandato.

Y aún hay más. De forma inesperada, ZP salió por la tangente en la celebración en Móstoles de la guerra contra Napoleón, pues en el aniversario de la derrota en España del francés, sangrienta para España, rindió homenaje a la cultura francesa, frente a los españoles. Una metedura de pata... Y ¿quién se lo diría?, ¿algún asesor barato? Ya que es incierto total.

Pues tanto la desamortización de los bienes en manos muertas de la nobleza y la Iglesia en nuestro país, y nuestra Constitución de 1812, entre otras cosas, ya estaban acordadas en España antes de la invasión francesa, aunque el «atrasado» rey Fernando VII lo demoró todo por su oposición hasta más allá de 1835.

Por tanto, la Ilustración no vino por los franceses, pues Jovellanos y otros muchos ya eran ilustrados, cuyo principio es que la razón es la causa del conocimiento humano, como dice en su «Diario» de 1794, leyendo a Rousseau. Y nuestra Constitución de Cádiz de 1812 era producto de españoles ilustrados.