Román GARCÍA

La Guardia Civil celebró ayer en Gijón sus 164 años de historia. En un acto castrense, al que acudieron representantes de todas las instituciones y cuerpos de seguridad, se homenajeó a los agentes de la Benemérita que han pasado a la reserva y se destacó la «modernización» que se ha llevado a cabo en un cuerpo creado mediante un decreto de seguridad pública en mayo de 1844.

El teniente coronel en jefe de la Comandancia de Gijón, Juan Bautista Martínez Raposo, destacó en su intervención los nuevos retos que durante los próximos años deben asumir los agentes de la Benemérita: «Se han creado nuevas especialidades que harán frente a esos retos futuros y que no deben perder las tradiciones». «La Guardia Civil es hoy un cuerpo policial moderno, conocido y respetado incluso fuera de nuestras fronteras» añadió el teniente coronel. En sus palabras no se olvidó del mayor de los tesoros que tiene, a su juicio, la Benemérita: «El honor es lo más importante para un Guardia Civil».

Durante el acto se homenajeó a los agentes que pasan a la reserva, se otorgaron medallas a quienes destacaron en su trabajo en 2007 y se impusieron dos cruces al Mérito Militar y doce al Mérito: a Antonio Sierra, Carlos Juan López, Ramón Ángel Pidal, Valentín Escobar, Miguel Lobo, Francisco Javier González, José Castro, Enrique Ramón Crespo, Pedro Fernández, Carlos Jordán Álvarez, José Luis Manso y Mario Menéndez Lombán, entre otros. Ángel Pidal Luanco fue distinguido con la cruz al Mérito Militar con distintivo rojo por salvar a una mujer atrapada en un coche. El agente tuvo que saltar desde una altura de más de cinco metros para conseguirlo.