C. JIMÉNEZ

El catedrático de Neurocirugía de la Universidad de Cantabria y profesor de Medicina en las facultades de Medicina de Santander, Valladolid, Madrid y Oviedo, José María Izquierdo Rojo, abogó ayer por reforzar la atención psiquiátrica hospitalaria y, si es preciso, reabrir los manicomios para atender a los enfermos mentales.

Izquierdo intervino anoche en una jornada organizada por el Ateneo Jovellanos titulada «¿Es progreso cerrar los psiquiátricos?», en la que realizó un análisis histórico sobre el tratamiento a los enfermos mentales en el que criticó el movimiento anti psiquiatría originado en Italia en los años setenta, cuya consecuencia directa fue el cierre de muchos centros psiquiátricos.

El catedrático de Neurocirugía sostiene que esta dinámica ha derivado en un incremento de las muertes imputadas a los enfermos mentales. «Habrá que reforzar, pues, la atención ambulatoria y disponer de camas suficientes en los hospitales públicos para atender los brotes agudos», indica Izquierdo. La esquizofrenia y la psicosis maniaco-depresiva son, a su juicio, las patologías mentales más conflictivas.

Coincidiendo con la juez del caso del niño Borja Solar, degollado por un enfermo mental en el Parque Isabel la Católica, el neurocirujano opina que la atención psquiátrica en Asturias es deficiente y reivindica más consultas en los hospitales para realizar un control efectivo sobre estos enfermos. «Si no hay camas, no se puede ofrecer una buena asistencia», subraya.

Ante el conflicto originado entre la protección a la sociedad y la protección del demente, José María Izquierdo recomienda priorizar la segunda, sin realizar distingos frente a otras personas con otras patologías, eliminando además el carácter negativo que en otra época tenían estas enfermedades. «No estoy tan seguro de que el cierre de los psiquiátricos haya sido un paso adelante. No hay que poner grilletes, pero hace falta un límite», concluye este experto.