M. CASTRO

La alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, mostró ayer su inquietud por la reactivación del conflicto del sector naval en la ciudad y por la crisis de los dos astilleros de la bahía, ambos con importantes deudas, y uno de ellos, Naval Gijón, con previsión de cierre a corto plazo.

«La situación de los astilleros me preocupa extremadamente, sobre todo, la de Naval Gijón», señaló ayer la Alcaldesa. La plantilla de este astillero reanudó las movilizaciones hace tres semanas. El pasado jueves se concentraron ante el Acuario Municipal e incendiaron una barricada de neumáticos en el acceso al mismo. En 2004 y 2005 los trabajadores del astillero causaron importantes daños en las obras de la instalación turística en otra situación de crisis. El comité de empresa advirtió el jueves que si no se contratan barcos para el astillero, evitando el cierre inmediato, se endurecerán las protestas. Los sindicatos piden una solución al Principado y al Ministerio de Industria.

Felgueroso apuntó que «el Principado ha tirado de una manera muy fuerte de Naval Gijón, que está en una situación sumamente delicada. Si hay posibilidades de que sobreviva el astillero, hagamos todo lo posible. Si no, la plantilla debería recolocarse en Juliana, que precisa mano de obra cualificada, y cuál mejor que la de Naval Gijón».

Felgueroso también pidió a los trabajadores que si endurecen las protestas no vuelvan a arremeter contra el Acuario, porque «sabemos las complicaciones que trae», y es una instalación de «todos los gijoneses». La Alcaldesa recalcó que «se pueden hacer movilizaciones sin causar daños».

El líder de IU, Jesús Montes Estrada, señaló que «en Gijón no estamos para perder más industria». Pidió más barcos para Naval Gijón y señaló que la crisis de Factorías Juliana se debe a la privatización del astillero, que «se malvendió». Por eso, destacó que la Administración «no se puede inhibir» ante el problema y «tiene que poner orden ahí, porque si no, ¿para qué queremos un Ministerio de Industria?».

El dirigente de IU señaló que el empresario de Vulcano, Fernando Santodomingo (presidente de Factorías Vulcano), conoce el sector, por lo que «no puede considerarse engañado y tiene que cumplir con las obligaciones que adquirió cuando le adjudicaron el astillero y dejarse de llorar» pidiendo dinero público.