Eloy MÉNDEZ

A dos o a cuatro patas, pero todos ante el santo. Granda celebró ayer la festividad de San Isidro Labrador entre ladridos y maullidos, y tal y como manda la tradición. Numerosos gijoneses se acercaron hasta la iglesia parroquial para conseguir de uno de los patrones de la pedanía la bendición para sus mascotas. Un ritual que se repite todos los años por estas fechas y que congrega a numerosos fieles en torno a la figura del santo.

La festividad de San Isidro Labrador, que tiene lugar el día 15 de mayo, se celebra en Granda de una manera especial. No en vano, no se trata de un día cualquiera. Los alrededores de la iglesia se llenan de animales domésticos desde primera hora de la mañana. Perros, gatos, hámsters, canarios... todos tienen su momento de gloria ante la figura del santo, conocido popularmente por ser el patrón de Madrid.

El consejo parroquial de Granda fue el encargado un año más de organizar los actos en torno al santo. Tras la misa dominical, se pasó a la procesión de la imagen por varios caminos de la zona próximos a la carbayera situada delante del templo parroquial. Después, se procedió a la bendición de todas las mascotas, incluso caballos, que sus dueños acercaron hasta la explanada de la iglesia y en la que estuvieron presentes numerosos vecinos no sólo de la zona, sino también de otros puntos de Gijón y de Asturias. Tras este acto, se celebró una concentración de caballos en la que también estuvieron presentes varios vecinos de Granda.

Por último, los actos concluyeron con la subasta del ramo de la huerta, que previamente había sido presentado y ofrecido al santo y en la que participaron varias decenas de interesados.