C. JIMÉNEZ

Para analizar la vulnerabilidad del cambio climático de las zonas costeras y diseñar estrategias de adaptación, el Gobierno del Principado ha suscrito un acuerdo de colaboración con la Universidad de Oviedo y el Instituto Español de Oceanografía. Con esta estrategia se pretende recabar las opiniones de expertos y debatirlas en foros participativos para evitar los efectos perjudiciales del calentamiento global en el litoral asturiano.

El jefe del Ejecutivo regional, Vicente Álvarez Areces, anunció esta iniciativa en el transcurso de la inauguración del congreso mundial sobre los efectos del cambio climático en los océanos, que se celebra hasta el próximo viernes en Gijón. El Gobierno autonómico quiere fomentar así la investigación de nuestro fondo marino y nuestro litoral para convertirlo en «áreas de conocimiento y estudio de la evolución de nuestro planeta», aseguró Areces. En el momento actual, el Gobierno autonómico se encuentra inmerso en un proceso de dotación de infraestructuras para hacer de Asturias «un gran laboratorio marino internacional».

Los equipamientos que servirán para abordar el objetivo de luchar contra el cambio climático y reforzar la apuesta por un desarrollo sostenible son el Centro de Estudio del Fondo Marino y el Litoral, el Sistema de Observación Costero y el Centro de la Biodiversidad y Recursos Naturales de la Cordillera Cantábrica.

El Sistema de Observación Costero permitirá disponer en 2010 de una infraestructura singular para progresar en el ámbito de la investigación experimental en las ciencias marinas. «Las respuestas a muchas de las preguntas que hoy nos hacemos se encuentran en nuestros océanos y descansan en nuestro litoral», aseguró Areces para justificar la apuesta de su equipo por la investigación en el área oceanográfica y remarcar la idea de la repercusión de las actividades humanas sobre la biodiversidad y el entorno natural.

El Centro de Estudio del Fondo Marino vendrá a completar las instalaciones actuales del Centro Oceanográfico de Gijón. La dotación presupuestaria prevista para este equipamiento es de 25 millones de euros, con participación de los gobiernos autonómico y central.

El nuevo convenio con la Universidad de Oviedo y el Oceanográfico viene a completar el proyecto «Marea» en el que el Gobierno asturiano viene trabajando desde hace tiempo para trazar las bases de una política marítima integrada en cuestiones como el transporte, la seguridad, los puertos, el medio ambiente, la pesca, el turismo y la investigación.

Areces aprovechó su intervención para abundar en la idea de que Asturias tiene la costa mejor conservada de la Península, «gracias a las políticas de planificación autonómica, como el Plan de Ordenación del Litoral Asturiano». Una iniciativa que no parece suficiente, a juzgar por la opinión de los expertos.

Enrique Tortosa, director del Instituto de Oceanográfico Español, se mostró confiado en que esta reunión sirva para dar un impulso político a las acciones para enfrentar los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad. En su intervención pidió «rigor» en las informaciones que sobre el medio ambiente se «dan a conocer a la opinión pública» y advirtió sobre «las presiones sociales y económicas» a las que está sometido el tema del calentamiento global.

La clave para la alcaldesa Paz Fernández Felgueroso se encuentra en buscar el equilibrio en la competitividad de las acciones vinculadas al medio marino y la sostenibilidad del mismo. La regidora citó las instalaciones del Acuario como referentes de estos valores en una ciudad «que vive de cara a la mar».

El director del Instituto Oceanográfico Nacional tuvo palabras de elogio para este Ayuntamiento, «que es ejemplo en España por su apoyo a la ciencia, la tecnología y la innovación». De la apuesta de la clase política por atajar los efectos del cambio climático en los océanos también hablaron los responsables de la Organización de Ciencias Marinas del Pacífico Norte, Alexander Byckov, y Joe Horwood, del Consejo Internacional para la Exploración del Mar.

Areces respondió diciendo que su Gobierno está comprometido en la preservación del medio ambiente, por considerarlo una fuente de crecimiento y desarrollo. A su juicio, el trabajo de los científicos en la búsqueda de soluciones a un problema que «tendrá consecuencias sobre el bienestar humano».