M. C.

«Cuando el dolor aprieta, se empequeñece la esperanza y el llanto ahoga las palabras, mas no podemos callar aún la acción de Dios a favor de su hijo, que lo devuelve a la vida». El sacerdote del Corazón de María trató de consolar con estas palabras a la familia de Jonell Dávalos Villanueva en el funeral que en la tarde de ayer se celebró por el descanso eterno del joven, de veinte años, que falleció ahogado en la madrugada del pasado domingo en Fomento.

Jonell y su hermano Paul entraron a orinar al lugar hacia las cuatro y media de la madrugada. Venían de celebrar el cumpleaños de un amigo en la discoteca Go de El Natahoyo. Ambos, que según parece estaban embriagados, permanecieron entre 10 y 15 minutos divirtiéndose por Fomento. El accidente mortal se produjo supuestamente cuando los dos hermanos se encaramaron a la grúa travel-lift de Motonáutica. Cayeron. Paul, de 19 años, se fracturó el tobillo izquierdo al golpear contra el suelo y quedó inconsciente. Jonell acabó en el agua, de donde ya no salió con vida.

Ayer las escenas de emoción se sucedían en el interior y a las puertas del templo, especialmente entre los más jóvenes, por el amargo final a una noche de fiesta que truncó una vida en plena juventud.

Aunque la familia del joven vive en una calle próxima al centro comercial Los Fresnos, en El Llano, lejos de la parroquia, el funeral se celebró en el Corazón de María, dado que tienen vinculación con la parroquia, de la que son miembros de las comunidades neocatecumenales.

Jonell Dávalos Villanueva encontró trágicamente la muerte en la madrugada del pasado domingo, 18 de mayo, festividad de la Santísima Trinidad. Esa coincidencia llevó al sacerdote del Corazón de María a evocar la escena del cuadro del Greco «La Santísima Trinidad», en la que Dios padre recoge a su hijo muerto tras la crucifixión, rodeado de ángeles y en presencia del Espíritu Santo y se permitió comparar la escena con la situación que ayer se vivió en el templo gijonés: «¿No es acaso esto el reflejo, con un hijo fallecido, Jonell, los padres rotos y la muchedumbre consternada?» se preguntó el párroco. La muerte del mayor de los hermanos fue un duro golpe para la familia, pero aunque trunquen sus esperanzas «nadie puede arrebatar el amor hacia ese hombre roto» les dijo el sacerdote.

El oficiante animó a todos los presentes a «ayudar y transmitir apoyo a esta familia en estos días de sufrimiento y de dolor». Tras el funeral, los restos del joven fueron sepultados en el cementerio municipal de Deva. El próximo lunes, a las siete y media de la tarde, la parroquia del Corazón de María celebrará una eucaristía por todos los fallecidos en este mes de mayo y en el del año pasado, un culto que se oficia en la parroquia los últimos lunes de cada mes.

Las escenas de dolor entre los familiares y los amigos del joven Jonell Dávalos se sucedieron ayer en el funeral de cuerpo presente, como puede verse en la imagen sobre estas líneas, con su familia consternada -entre ellos su hermano Paul, en silla de ruedas y con heridas en la pierna y el rostro- o en la imagen inferior, con varias amigas abrazándose, ante la mirada de otros asistentes al funeral. En la imagen de la izquierda, familiares y empleados de la funeraria llevan el féretro al templo.