Román GARCÍA

Una joven gijonesa acaba de denunciar a un amigo que supuestamente la drogó para poder mantener relaciones sexuales con ella en su propia casa. El suceso tuvo lugar una noche de sábado. La víctima había quedado, como de costumbre, con una de sus amigas en una conocida sidrería de Gijón, cerca de su domicilio. La amiga no apareció, por lo que ella se entretuvo hablando con los camareros del local, que también eran conocidos, ya que frecuentaba este establecimiento todos los fines de semana. Un grupo de chicos, entre los que se encontraba uno de los camareros, la invitó a tomar algo en otro bar. Ella aceptó. Desde que tuvo la primera consumición en la mano hasta que se despertó al día siguiente en la cama de su domicilio la joven asegura que no es capaz de recordar nada de lo que pasó. Pero lo puede sospechar. Sus conjeturas parten de que los jóvenes sabían que ella estaba sola en casa y quisieron aprovechar la circunstancia. Sus padres se habían ido de fin de semana.

La joven cree que alguno de esos conocidos le metió algún tipo de sustancia estupefaciente en la bebida para que, de esta manera, aceptara mantener relaciones sexuales y al día siguiente lo olvidara. La joven, que ha interpuesto una denuncia contra uno de estos amigos, no recuerda nada de lo que pasó y está extrañada, ya que no había consumido alcohol en exceso. Ahora el caso de supuestos abusos sexuales con drogas de por medio se encuentra en proceso de instrucción por la vía penal. Las partes implicadas (acusación, defensa y fiscalía) deben realizar sus correspondientes calificaciones a la espera de que la Audiencia Provincial, que será la encargada de llevar a cabo el proceso judicial, fije la fecha de la vista oral.