Román GARCÍA

Los padres del Colegio Jacinto Benavente de Vega están preocupados por la seguridad de sus hijos. La apertura de diligencias contra el conductor de un autobús escolar que transportaba a diez alumnos del colegio y que superó la tasa de alcohol permitida para conductores profesionales no es, según ellos, un «caso aislado ni extraño». En la tarde del jueves, cuando el conductor denunciado arrojó un resultado de 0,50 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, otro segundo trabajador dio positivo en el mismo test de alcoholemia. Según algunos padres, en un primer control de alcoholemia este segundo conductor obtuvo un resultado ligeramente superior a 0,15. Sin embargo, con la segunda prueba, realizada minutos después en un etilómetro fijo, esta tasa bajó, por lo que no se pudo tomar ninguna medida legal contra él.

El conductor denunciado el jueves, por su parte, se encuentra a la espera de que las diligencias policiales lleguen a la Consejería, que decidirá su futuro.

Un caso similar tuvo lugar el 27 de marzo, cuando fue detenido un conductor de la empresa Emtusa que arrojó en el test de alcoholemia un resultado de 0,15. Los funcionarios policiales que se encontraban en el lugar le hicieron la prueba después de que causara un accidente al salirse de la calzada. Actualmente, y según fuentes internas de la compañía, el conductor se encuentra de baja por enfermedad y a la espera de que se resuelva el expediente que la Empresa Municipal de Transportes Urbanos le ha abierto.