-¿Qué balance hace de estos quince años al frente de la Filarmónica?

-Que yo haga un balance carece de importancia. Lo que sería importante saber es el balance que hacen los demás de la gestión que hemos hecho en 15 años. La ilusión que hemos puesto, el trabajo que hemos dedicado, los conciertos que se han ofrecido, las facilidades que se han dado al pueblo de Gijón para que se incorpore a la Filarmónica. Y todo eso, ¿dónde está? Yo hice lo que creía que tenía que hacer y en ese sentido estoy satisfecho. Mi pregunta es: ¿Y qué opinan ustedes?

-¿Cuál es su deseo para los próximos años?

-Que sigan celebrándose los conciertos, que el nivel musical vaya mejorando, animar a los gijoneses a que se asocien y que acudan todo lo que puedan a los conciertos para seguir formándose en la afición musical. Y ése es mi deseo, porque yo lo que pretendo a partir de ahora es asistir a los conciertos, sentarme en el patio de butacas a disfrutar de ellos.

-Se le hará raro, después de quince años...

-Hombre, la ventaja es que, indudablemente, es mucho más cómodo y en los descansos puedes comentar con otros socios en vez de solucionar problemas. Pero también está el inconveniente de que no cocinas tú. Seguro que la comida está muy rica, pero no la hiciste tú.

-Usted ha vivido como presidente un momento histórico de la Sociedad. ¿Qué sabor de boca le queda después del año del centenario?

-Que una entidad llegue a los 100 años es un motivo de satisfacción, porque en esta vida es muy importante que las cosas no sean efímeras y que tengan un arraigo. Y, además, creo que es muy importante que Gijón tenga una Sociedad Filarmónica y que, dado el nivel de materialismo que hay hoy en día, haya unas personas que estén dispuestas a trabajar por amor al arte, incluso pagando. Es una muestra de salud de la sociedad.

-Ha tenido ocasión de darle algún consejo al nuevo presidente?

-Todos los consejos hay que escucharlos y luego pueden cogerse o no cogerse. El nuevo presidente sabrá lo que debe hacer y, desde luego, si me pide consejo tendrá mi opinión sincera. Estaré a su disposición, como siempre.