El ex presidente del Principado José Luis Rodríguez-Vigil presentó en los salones de la Escuela de Hostelería, su último libro, «Integración o desmoronamiento. Crisis y alternativas del sistema nacional de salud español», cuyo prólogo es obra de otro «ex», Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de la política nacional y las presidencias autonómicas. Uno de los ponentes de la velada, el concejal de Hacienda y Coordinación Administrativa del Ayuntamiento de Gijón, Santiago Martínez, en cierto momento de su intervención se refirió al señor Vigil como un personaje poliédrico; suponemos que uno de los motivos de tal definición obedece a la diversidad de sus facetas literarias.

Servidora recuerda un estreno parecido a éste, en el que el autor ofrecía un libro sobre lobos, lobeznos, brujas, breñas y demás misterios de las frondosidades asturianas. «No son temas tan dispares», apuntó uno de mis compañeros de grada, Pedro Botas. En efecto, el desarrollo posterior del asunto encausado fue llevando al personal al ambiente farragoso y oscuro de la administración del sistema sanitario español. Sombras y espesuras, al fin y al cabo. Galo Baizán, por su parte, otro poliédrico, de acuerdo con la diversidad de sus actividades, me ofreció la oportunidad de observar el libro, estupendo en muchos aspectos, de acuerdo con la ciencia, bibliofilia, término que determina las cualidades técnicas de una edición y que el señor Botas puso a mi disposición utilizando el comodín de la llamada.

En ausencia de Carlos Iglesias, su sustituto, Ángel Elías, fue el encargado de iniciar la sesión. Tampoco la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, pudo comparecer, y en su lugar, Santiago Martínez hizo la presentación simultánea de Francisco Sosa Wagner y de José Luis Rodríguez Vigil. «Ambos gustan y disfrutan de la reflexión, y suelen compartirlas con los demás no sin humor. Son inteligentes, están dotados de una amplia cultura». Francisco Sosa es un articulista brillante, y Rodríguez-Vigil un señor franco y directo.

En su turno, ameno y divertido, Francisco Sosa manifestó que tanto monta, monta tanto, respecto a los históricos localismos astures -Pedro Botas dijo haberse vacunado antes de venir a Gijón, pero que se corta el pelo en Oviedo-. El libro, añadió, es de origen campestre -Botas tenía razón-, ya que fue surgiendo de las largas conversaciones mantenidas por Sosa y Vigil durante la práctica del montañismo. Destacó la escasez que sufre España de políticos que escriban, salvo alguno que se sirva de un «negro», circunstancia que, felizmente, no se da en Asturias, ya que dos ex presidentes, Vigil y de Silva son asiduos del mundo editorial.

A partir de aquí el señor Sosa Wagner hizo una crítica razonada y oportuna del sistema autonómico español, que está evolucionando hacia una alarmante fragmentación. Puso el ejemplo del agua, de la Hacienda pública, de la educación, de las diecisiete leyes de funcionarios, de la nefasta política lingüística asumida por ciertas comunidades, «mientras el Estado y la Real Academia miran para otro lado». «Esto no es un modelo federal, sino una cosa rara, a la española».

La disertación del señor Rodríguez-Vigil, según se esperaba, a la vista del título de su trabajo, fue densa aunque sobradamente explícita. Urge convocar un debate nacional para poner orden en la sanidad española, «aquel magnífico elemento de solidaridad que logró igualdad entre los españoles, hoy está en trance de romperse», dijo. La visión local del sistema, las políticas de personal, la opacidad informativa, las distintas posibilidades de tratamiento, la pérdida objetiva de calidad, y los cinco millones de inmigrantes son factores que configuran un enorme problema que requiere una visión global del mismo y una toma efectiva de decisiones.