Román GARCÍA

A pesar de vivir en una ciudad «segura» y con el «tercer índice de criminalidad más bajo de toda España», en Gijón se producen delitos y el campo tecnológico es el nuevo sector en el que hay que tener la vista puesta. Durante el pasado 2007 se produjeron en la ciudad 237 infracciones tecnológicas. Por eso el Cuerpo Nacional de Policía en colaboración con la Cámara de Comercio de Gijón organizó ayer una jornada de información en la que los agentes mostraron a los empresarios las nuevas formas del delito y las maneras de combatirlo.

En el acto estuvieron presentes varios miembros del Cuerpo Nacional de Policía. El jefe superior de la institución en Asturias, Baldomero Araujo, destacó que «aunque arrancamos de una buena situación, es imprescindible contar con la colaboración de los empresarios y de la seguridad privada para zonas en las que la Policía no puede entrar». «Hay que tener en cuenta que la llegada de las nuevas tecnologías trae consigo los nuevos delitos», añadió Araujo. Francisco López Canedo, el comisario jefe de Gijón, ofreció durante la charla datos de la delincuencia en la ciudad: «El estado de salud de la seguridad en Gijón es moderadamente sano, pero tenemos que seguir trabajando en la seguridad compartida, saber que no estamos solos en nuestra labor».

El Cuerpo Nacional de Policía en Gijón trabaja para la protección de veinte polígonos industriales en los que hay 385 empresas. También se encargan de 6.500 comercios, 80 joyerías y más de 100 alojamientos. Durante el año 2007 la tasa de criminalidad continuó descendiendo. Lo que no varió es el delito más cometido, casi todos tienen forma de hurtos, un 35,29 por ciento. Canedo señaló que «aunque la presencia de bandas organizadas es mínima en Gijón, hay algún caso contra el que se debe prevenir». El comisario destacó varios de estos delitos. El primero de ellos es el de las «bolsas apantalladas», los delincuentes utilizan bolsas que no se detectan en los sistemas de control. Los «cogoteros o descuidos en entidades bancarias» también son comunes y se producen cuando el ladrón espera a los clientes de los bancos y les quita el dinero cuando salen de las sucursales. En Gijón también se dieron dos casos el pasado año de sustracciones de vehículos de lujo. Canedo también quiso destacar la creciente importancia del aumento de los robos de herramientas y de cobre: los delincuentes aprovechan la noche y los fines de semana para robar en obras que se están realizando. Por último, advirtió a los empresarios sobre los hurtos de pagarés y falsificaciones: durante 2007 se dieron casos de personas que roban en el correo cheques que luego cobran.