J. M. C.

La conquista romana del Noroccidente peninsular, tras las guerras cántabras y astures, significó la transformación de la vida de la población indígena en el plano económico (sistema monetario en lugar del trueque), el desarrollo del sector agropecuario, el aprovechamiento de los recursos mineros, la promoción social de los indígenas (tras su alistamiento en el Ejército romano) y la aparición de una nueva organización urbana. Así lo explicó ayer, en el Ateneo Jovellanos, Narciso Santos Yanguas (Segovia, 1949), catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Oviedo, en el transcurso de una conferencia titulada «Campamento romano y urbanismo en el Norte de la Península».

Ciudades como Lugo, Astorga y León surgen tras el paso de las legiones romanas, como enclaves de población directamente relacionados con el Ejército de ocupación, aunque, como explicó Santos Yanguas, «los castros no desaparecerán», es decir, los asentamientos indígenas serán respetados y potenciados por los romanos, aunque se modificarán a tenor del urbanismo romano.

Por ello, el urbanismo se verá favorecido tanto por los castros indígenas como por los campamentos estables de las legiones y de las tropas auxiliares y la creación de asentamientos indígenas de nueva planta.

De esta forma, el Ejército de Roma será determinante en la creación de nuevas urbes en torno a los campamentos militares, con el surgimiento de núcleos de población indígena alrededor de las instalaciones del Ejército. El caso más claro, explicó el historiador, es León, que, como se sabe, su nombre procede del nombre legión en Latín.

Narciso Santos Yanguas fue presentado, en nombre del Ateneo Jovellanos, por Virginia Álvarez Buylla.