R. GARCÍA

Es gijonés, de 34 años, está detenido tras simular ser un sargento de la Guardia Civil de tráfico. Lo hizo, dice, para proteger a su compañera de la aparición del ex novio. No sabía que en el local de la calle San Bernardo, en el que se iba a producir la cita, había un agente real de la Benemérita que descubrió el montaje intimidatorio.

Según declaró el gijonés detenidos, el ex novio de su pareja era «una persona violenta» y quería intimidarlo con su presencia uniformada. El engaño no era nuevo. El detenido llevaba dos años saliendo con la chica y durante ese tiempo siempre se había hecho pasar por un funcionario del Instituto Armado.

El agente de la Guardia Civil que estaba en la cafetería avisó a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que acudieron al lugar y pidieron al hombre que les mostrara su carné profesional. En el lugar pudieron comprobar que el hombre llevaba encima una pistola, que tan sólo lanzaba bolas de plástico, por lo que procedieron a su detención.

Las botas y el pantalón que vestía no eran las reglamentarias del Instituto Armado, pero guardaban gran parecido, tanto en el color como en el diseño. La camisa, la gorra y el jersey sí eran las realmente utilizadas en la Guardia Civil.

Ahora, el gijonés, de 34 años, tiene novia, pero está acusado de un delito de usurpación de funciones públicas. Y no era la primera vez. Tiene antecedentes por idénticos motivos en 2006 y en 1999. Además cuenta con otros arrestos anteriores por delitos como estafa, apropiación indebida, lesiones, amenazas, malos tratos en el ámbito familiar y tenencia ilícita de armas.