J. L. A.

La Unión Europea (UE) tiene en proceso de aprobación, pendiente de los debates en el Parlamento y la Comisión, una directiva que obligará a inspeccionar todos los buques extranjeros que lleguen a los puertos de los países comunitarios, según adelantó ayer Manuel Palao Lechuga, jefe de inspección operativa de la Marina Mercante, organismo dependiente del Ministerio de Fomento.

Palao aseguró que las inspecciones, fundamentales para el control de aquellos buques que incumplen las normas internacionales de seguridad marítima, se han incrementado en los últimos años, período en el que, sin embargo, se han triplicado las deficiencias. El 90 por ciento del comercio exterior de la UE y más del 40 por ciento de su comercio interno dependen del sector marítimo. De ahí la preocupación por los llamados barcos «subestándar», buques que incumplen garantías de seguridad aceptadas internacionalmente, una inquietud agudizada tras catástrofes como las provocadas por los petroleros «Erika» y «Prestige». Los puertos europeos generan un valor añadido de más de 20.000 millones de euros, con un crecimiento continuado.

La importante expansión del sector es, a juicio de Elena Seco García-Valdecasas, ingeniera naval y subdirectora de la Asociación de Navieros Españoles (Anave), una de las causas de los accidentes graves en la mar. Según sus datos, estos siniestros han crecido un 25 por ciento en los dos últimos años. El aumento de la flota, la escasez de tripulaciones con formación y experiencia, la presión comercial o la creciente congestión de los puertos europeos y de Oriente Medio están en el origen, siempre según la directiva de Anave, de este aumento de la siniestralidad. «Las empresas que operan con buques de mucha edad tienden a disminuir las medidas de control y seguridad», indicó. Un buque «subestándar» es, para Elena Seco, «aquel que no cumple con la normativa legal y supone una amenaza para la vida y la navegabilidad».

Son algunas de las conclusiones de la primera jornada sobre «Factores subestándar en el negocio marítimo», el congreso organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Navales y Oceánicos, una institución con actividad desde 1930 que tiene 2.336 colegiados en sus once delegaciones territoriales.

El congreso fue inaugurado por la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, en el recinto ferial. Subrayó la identidad marítima de Gijón y recordó los problemas que también ha padecido la ciudad por accidentes como el del «Prestige» o el del «Castillo de Salas», que embarrancó frente a Santa Catalina con sus bodegas cargadas de carbón. «La seguridad tiene que estar siempre presente, porque afecta al conjunto de la ciudadanía». En la bienvenida a los congresistas, acompañaron a la Alcaldesa el presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Luis Arias de Velasco, así como el presidente de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España, José Esteban Pérez García; el responsable de la delegación territorial asturiana, el ex diputado Leopoldo Bertrand de la Riera, y el presidente de los astilleros Gondán, Álvaro Platero, reciente premio al mejor empresario asturiano del año 2007.