J. J.

A partir de las vacaciones estivales muchos clubes deportivos ponen en marcha campus de verano con los que mantener la actividad en este período ausente de competición. La Fundación Gijón Baloncesto coordina un par de estos campus; por ellos pasan un centenar de chicos y chicas de 8 a 16 años. Es el momento de aprender o mejorar en los distintos aspectos del juego, tanto individuales como colectivos. Son días de intensa actividad alrededor de un deporte, en este caso el baloncesto, bajo la tutela de entrenadores cualificados.

Además, y esto supone un gran aliciente para los participantes, suelen acudir jugadores y entrenadores conocidos a los que la mayor parte de los niños sólo tienen la posibilidad de ver por televisión. Por este campus de verano gijonés han pasado jugadores como Rubén Suárez, Javi Rodríguez, Alberto Miguel y, especialmente, el capitán de la selección española y el jugador más laureado internacionalmente de la historia del baloncesto español, Carlos Jiménez. También estuvo el entrenador del Barcelona, Xavi Pascual a los pocos días de haberse proclamado campeón de Liga, y el mediático Fernando Romay, que hicieron las delicias de los asistentes.

Dos de estos participantes del campus del Gijón Baloncesto, Bárbara Méndez y Candela Abejón, han escrito un diario con sus vivencias. En él comentan el trabajo realizado, así como la impresión que han sacado de su contacto con los jugadores y entrenadores que han compartido algunas horas con ellos, e incluso algunas quejas sobre la comida.

Fue una semana cargada de trabajo y emociones que acabó con cansancio y también con algunos recuerdos. Incluidos los autógrafos de Pascual y Carlos Jiménez, que a buen seguro todos guardarán como un tesoro.

Día 1

El lunes comenzó el campus. Estábamos nerviosas y con ganas de empezar a entrenar. Cuando llegamos, nos fuimos reuniendo todos en el pabellón y vimos a compañeros de otros años y a jugadores contra los que nos habíamos enfrentado esta temporada. No importaba que fuésemos de otros equipos, todos teníamos ganas e ilusión por jugar al baloncesto. Somos pocas chicas, sobre todo en canasta grande, pero a nosotras nos tocó juntas en el grupo. Al principio fue un poco difícil, porque no estamos acostumbradas a jugar con chicos, pero no tardamos en acostumbrarnos. Después de un intenso entrenamiento matutino, tuvimos la competición de 1 contra 1. Llegamos a las semifinales, aunque un esguince terminó con todas las opciones. Vinieron a visitarnos Alberto Miguel, jugador del Lleida, y Rubén Suárez, jugador del Gijón Baloncesto, a los que estuvimos preguntando, y luego fueron entrenando por los diferentes grupos. Después, la merienda y comienzo del torneo de 5 contra 5. Hicimos los equipos y nos tocó en la Universidad de Duke. Ganamos el primer partido y llegó la hora de ir a casa a descansar tras un largo día.

Día 2

Después de un primer día agotador volvimos a entrenar un poco cansadas; el entrenamiento fue muy intenso, pero divertido. Hicimos un ejercicio de pases para descansar y acabamos recuperando fuerzas comiendo un bocadillo y un zumo de melocotón (¡Estaba riquísimo!). Cuando volvimos al pabellón, nos llevamos una sorpresa: apareció por la puerta Carlos Jiménez. No nos lo podíamos creer, el año pasado viéndole por la televisión en la final de los Juegos Olímpicos y ahora lo teníamos con nosotros en el campus. Empezamos a hacerle preguntas y hubo algunas muy difíciles de contestar. Nos dijo que el fundamento más importante del baloncesto era el pase. Cuando acabamos de hablar con él, hicimos la competición de tiros libres y ganaron los de siempre. Nos fuimos a comer. La comida no es que fuera lo mejor del mundo... pero bueno. En el tiempo libre, después de las clases de inglés, jugamos al fútbol. Por la tarde estuvo Jiménez con nosotros, entrenando y jugando 1 contra 1 (¡Ganaba a todos!). Cuando se fue, nos quedamos haciendo un juego en el que quien perdiese tenía que hacer planchas, y a una de nosotras le tocó hacerlas. Terminamos el día jugando el partido de liga regular.

Día 3

Empezamos a coger el ritmo del campus. Los dos primeros días acabamos agotadas, pero hoy había fuerzas para entrenar a tope. Empezamos con un entrenamiento dedicado al bloqueo de rebote y también estuvimos jugando 1 contra 1. Después del pincho de por la mañana, volvió Carlos Jiménez con Luis Casimiro y estuvimos haciéndoles preguntas sobre los equipos en los que habían jugado y entrenado. Volvimos a entrenar y trabajamos los cambios de mano, que nos salieron muy mal. Jiménez fue pasando por los grupos y cuando vino al nuestro, nos sacamos una foto con él. Como sólo éramos dos chicas, se hizo una foto con nosotras (¡qué guay!). Sólo había un pequeño problema: nos sentimos muy pequeñas. ¿Con qué chicos/as del campus haría un equipo de baloncesto? Nos fuimos a comer y nos tocó una ensalada de arroz, que no estaba nada buena. Mientras, unas mesas más allá, Carlos Jiménez y Casimiro, junto con algunos entrenadores, estaban comiendo una fabada. ¡Vaya morro!... Tuvimos tiempo libre y, después de un buen rato, todavía seguían comiendo. Por la tarde, tocaba la competición de tres contra tres. Perdimos el último partido y no pudimos llegar a la final. Como no hay descanso en el campus, sin poder asimilar la derrota, me tocó jugar el 5 contra 5. Por lo menos ganamos.

Día 4

Cada día que pasa estamos menos cansadas. Nos pusimos rápido a entrenar y trabajamos 2 contra 2 y bloqueo directo, nunca los habíamos hecho. Como cada día, tuvimos visita, pero ayer fue triple. Por la mañana, vinieron David Gil, director de cantera del Tau, y Javier de Grado, entrenador del León, que pasaron por los grupos, enseñándonos diferentes ejercicios. Fuimos a comer y luego tuvimos tiempo libre, que pasé entero sentada. Volvimos a las canchas y jugamos la competición de Two Ball. Éramos 13 parejas y hubo dos ganadoras; en una de ellas estaba Candela, que metió cinco triples. Mi compañero y yo no lo hicimos muy bien, ya que sólo metimos 12 puntos. A continuación, nos visitó Xavi Pascual, le hicimos un montón de preguntas y formamos una larga cola para conseguir un autógrafo. Me firmó la camiseta y los playeros, que ya el martes me había firmado Carlos Jiménez. Para acabar el penúltimo día, jugamos la semifinal de 5 contra 5, perdimos, así que tendremos que jugar por el tercer y cuarto puestos.

Día 5

El último día estábamos muy nerviosos, porque no sabíamos si nos iba a tocar algo o no. Después de organizar el día, nos fuimos a entrenar. Trabajamos manejo de balón y cambios entre las piernas, hay gente que tiene mucho dominio, pero no es mi caso. Después, a recordar todo lo que estuvimos entrenando a lo largo de la semana. Fueron muchas cosas en poco tiempo y algunas ya se nos habían olvidado. A la hora de la comida, de premio tuvimos un refresco. Después, en el tiempo libre, nos sentamos con las amigas, algunas de ellas las hice del campus. Jugamos a la carretilla y fue muy divertido. Por la tarde, después de prepararlo todo para la clausura, llegó el turno de las finales. Jugamos la final de tiempo y resultado, pero perdimos. El resto de las finales las vi mos desde la grada animando a mis compañeros. Al final, una mochila, un pantalón y una camiseta para recordar el primer campus. Ahora habrá que esperar al próximo año para volver, pero a nuestros nuevos amigos los seguiré viendo por las canchas asturianas.