R. VALLE

Los concejales de PSOE e IU soplan hoy con satisfacción las dos velas de la tarta de cumpleaños de su pacto de gobierno. Un documento que hace dos años garantizó un equipo municipal de izquierdas a la ciudad y del que tendrán que rendir cuentas ante los electores dentro de otros dos años. Esta parada a mitad de camino ha servido a los líderes del gobierno local -José Manuel Sariego, por el PSOE, y Jesús Montes Estrada, por IU- para reivindicar el progreso de la ciudad a pesar de la crisis económica, y a la oposición, para denunciar un largo listado de incumplimientos en la ejecución de los compromisos que sobre empleo, infraestructuras y vivienda se habían planteado ante las urnas.

Pero hasta llegar a soplar las velas del postre, los cocineros del gobierno local han tenido que enfrentarse a la elaboración de los platos del menú previsto y a otros que inesperadamente se les ofrecieron fuera de carta. El denominado «caso Blanco» es la estrella de esos imprevistos. La denuncia pública de los responsables de la Plataforma contra el Muro de Cabueñes sobre las sucesivas compraventas de un solar en la parroquia por parte del ex jefe de los arquitectos municipales Ovidio Blanco, que le habría reportado unos beneficios económicos de 600.000 euros al desarrollarse un gran proyecto residencial, tambaleó los cimientos del urbanismo local pese a que el funcionario está en excedencia desde el año 2004. Para el gobierno local, es un caso aislado que no puede ensombrecer el urbanismo local; para la oposición política y parte del movimiento vecinal que ya se había enfrentado al gobierno de Paz Fernández Felgueroso por el PGOU, es la demostración de que hay problemas de raíz en esa concejalía. El gobierno pidió la intervención de la fiscalía que acaba de tramitar una denuncia ante el Juzgado al ver indicios en la actuación de Blanco de cohecho, uso de información privilegiada y tráfico de influencias.

Inesperada, pero en este caso motivo de sonrisas y no de llantos, fue la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de luchar contra el paro en la construcción colocando dinero fresco en los bolsillos de los ayuntamientos. Gijón se ha llevado un pellizco de 48,5 millones de euros que le dan para cuarenta obras de distinta envergadura y le permiten adelantar proyectos que se había quedado en la recámara por falta de dinero en el presupuesto local. El vial del campus es una de esas obras que ansiaba Gijón. Igual que una reforma integral de El Molinón ahora que el Sporting de Gijón está en Primera División.

Y le vino bien a El Molinón este dinero del «plan Zapatero» para poder seguir adelante sin Ruta de El Molinón. Al final el gobierno local se cansó de los retrasos y problemas que le iba dando la empresa madrileña que lidera José Luis Cuervo y decidió resolver la concesión que le había concedido para dar uso comercial a los bajos durante los próximos cuarenta años. El gran proyecto comercial con una estética de Vaquero Turcios se quedó en una recreación virtual, una compleja tramitación administrativa para romper amarras con la empresa y una indemnización de casi dos millones por los servicios cumplidos.

Dos anécdotas para la reflexión en este tramo del camino. Los concejales del Ayuntamiento de Gijón fueron de los pocos de España que decidieron hacer públicos sus ingresos y bienes. El guante lo lanzó la líder del PP Pilar Fernández Pardo, pero lo recogieron los ediles de los tres partidos políticos.

Paz Fernández Felgueroso declaró 100.000 euros al año de ingresos, tres pisos y un bajo comercial; Pilar Fernández Pardo se quedaba en 66.519 euros brutos, dos coches y la mitad de un piso, un trastero y un garaje; José Manuel Sariego presentó una cuenta con 268 euros y un plan de pensiones por valor de 4.667, y Jesús Montes tenía en su cuenta corriente 35.193 euros, además de medio piso, un coche y una hipoteca. Y los concejales del Ayuntamiento, esta vez con el silencio del PP en el Pleno, fueron de los primeros de España en retirar los honores y distinciones que le había concedido la ciudad a Francisco Franco. A sus herederos ya se les ha requerido la devolución de la medalla de oro de la villa.

También se tuvo que enfrentar el gobierno municipal a una actualización de los valores catastrales de las viviendas gijonesas que muchos vecinos, sobre todo de la zona rural, tacharon de «Catastrazo». Más de seis mil reclamaciones y alguna que otra manifestación en la plaza Mayor no pudieron con un proceso que llegaba en el peor momento para muchas economías locales. Duplicar el valor de los pisos tras una década de congelación era también duplicar el pago de muchos impuestos. El gobierno local optó por intentar limitar el impacto en el IBI con pagos fraccionados y una actualización escalonada en el tiempo. Aun así, el «Catastrazo» dio para muchas reuniones con vecinos y entre políticos. Y eso que no venía en el pacto de gobierno.

Paz F. Felgueroso

La primera mujer en llegar a la Alcaldía de Gijón lleva en el cargo desde 1999. Nacida en 1937, este tercer mandato al frente de la Corporación está lleno de insinuaciones sobre el proceso abierto en el seno de su partido, el PSOE, para seleccionar a su sustituto. «Ahora no toca hablar» es la respuesta que da siempre que se le pregunta por su futuro.

José Manuel Sariego

El secretario general de la Agrupación Socialista de Gijón volvió al gobierno local en este mandato para ocuparse, entre otras cosas, de la firma y desarrollo de los compromisos del pacto de gobierno con IU. Sus responsabilidades en el organigrama municipal se centran en la coordinación y los festejos, que completa con su labor en el partido.

Jesús Montes Estrada

Jesús Montes Estrada es uno de los dos ediles que tiene IU en Gijón -el otro es Francisco Santianes-, pero su peso cualitativo en el gobierno local es muy superior al que le correspondería por ese número. IU controla el área de Vivienda y tiene la responsabilidad en temas de Cooperación Internacional, Política Asturiana y Memoria Histórica.