Aproveché unos días vacacionales para releer a mi admirado Clarín, me llegó de nuevo al alma su amor a esta tierra suya y mía al imaginar aquel gato de doña Berta, que muere desesperado y tirándose contra las paredes en un piso de Madrid, mientras soñaba con los prados verdes del concejo de Carreño donde vivió feliz. La descripción en el comienzo de «La Regenta» de la bellísima torre catedralicia de la ciudad que él llama Vetusta -nuestra vecina Oviedo- me fascina, yo también la admiro.

Oviedo, que ya era capital del Principado antes de la llegada de Gabino de Lorenzo, es también capital eclesiástica, allí está la Catedral -iglesia del obispo- y el Palacio Episcopal, situado en la llamada Corrada del Obispo.

En torno a esa Catedral y a la Corrada gira gran parte de la vida eclesiástica (¡no confundir con eclesial!) de la diócesis asturiana.

Ahora Oviedo -nombre oficial de esta diócesis- no tiene obispo titular (sede vacante dice el Código de Derecho Canónico), ejerce labores de suplente el obispo auxiliar, con título de administrador diocesano y nombrado por el consejo de consultores, sus poderes son muy limitados. Me dicen, los que asisten a celebraciones catedralicias, que el joven obispo en su predicación es mucho más breve y más claro que el último arzobispo ovetense.

Se comentaba que las diócesis vacantes: Oviedo, Valladolid, Murcia? tardarían meses en tener nuevo prelado, y con más motivo al cesar el nuncio del Vaticano en España, pero hace una semana surgió el nombramiento del obispo de Murcia-Cartagena y se rumorea que pueden llegar otros nombramientos antes de que el nuncio se despida definitivamente. Por cierto, que el nombramiento del nuevo obispo de Murcia ha levantado polvareda y los medios virtuales hablan y no paran de guerra intraeclesial. ¡Qué pena!

Por Vetusta parece que hay mucha inquietud por saber -¿quién vendrá?-, más por la Corrada que por la Catedral. El cabildo catedralicio es más dado a lo festivo-celebrativo: bendiciones, procesiones, indulgencias? y con frecuencia compartiendo con la Corporación municipal: caldo en Ramos, fresas en Corpus, etcétera. Me pregunta un amigo si comparecerán juntos, cabildo y Corporación municipal, en la plaza catedralicia para escuchar el anunciado pregón mateíno de un tal Boris.

A los que pululan por la Corrada la cosa del nuevo obispo les preocupa más. Los de siempre quieren seguir con poder (¿qué pasará con lo mío?, se preguntan). Los que gozaron de trato de favor con Osoro (amigo de sus amigos) temen perder situaciones de privilegio? Mientras, el clero de a pie pasa del tema y atiende a su gente en sus penas y alegrías y en sus necesidades, hoy especialmente urgentes.

Suenan nombres de posibles arzobispos para Asturias: Blázquez -¡Dios lo quiera!-, el obispo de Huesca, el arzobispo de Mérida-Badajoz, el obispo de Almería? y algunos soñamos con obispos cercanos en su talante pastoral como el de Canarias o el de La Rioja.

Hasta que haya nuevo arzobispo de Oviedo sólo nos queda rezar y desear que los que influyen, Rouco, nuncio, arzobispo anterior y algunos más, ayuden a que la Providencia ordinaria nos depare un hombre sencillo, cercano y, sobre todo, evangélico.