Director de la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial

C. JIMÉNEZ

Joaquín Mateos Palacio es el director de la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial, uno de los centros del campus gijonés contrarios a la unificación en un centro único de todas las ingenierías de Viesques. Considera que tanto la postura del Principado como la del Rectorado tiene difícil encaje para un distrito universitario tan concurrido y con tal variedad de enseñanzas universitarias que repercutiría negativamente en los estudiantes. «Me consta que Informática no quiere mezclarse con industriales», señala.

-¿Qué opina de la decisión del Rectorado de agrupar todos los estudios del campus de Gijón en un centro único?

-No me parece ni medio bien. No sé con quién consultó pero está claro que al menos con el director de esta escuela no se habló y sé que mucha gente no está de acuerdo con esto. Así por las buenas no es positiva tomar una decisión de tal calibre. Hay mucho que hablar antes de decir que se acepta esa posibilidad.

-¿Tampoco acepta el organigrama de un solo director para todos, con un delegado por cada rama de la ingeniería?

-A primera vista no lo veo bien. Otra cosa es que me lo expliquen y a lo mejor pueden convencerme pero si tratan de imponer una medida de este tipo así por las buenas no la apoyaré. ¿Quién va a elegir a ese director? ¿Y cómo se constituirá la junta de escuela? Es muy complicado. Todavía quedan muchas cosas que aclarar.

-¿Cómo afectaría esa hipotética fusión al alumnado?

-Me consta que Informática no quiere mezclarse con Industriales. Habrá grupos diferentes, con un director y varios subdirectores donde las minorías se van a sentir agraviadas. Si informática aporta 700 alumnos a ese hipotético centro de 5.000 estudiantes se van a llegar a imponer los criterios de unos pocos. No le veo ventajas a ese sistema.

-El Rectorado y el Principado insisten en que es una cuestión de optimizar recursos.

-Entiendo que lo hagan en Mieres donde hay pocos alumnos y mucha dispersión de centros pero nosotros funcionamos de otra manera y queremos mantener nuestra independencia. No pega mucho mezclar todo. Queda probado que la fusión no tiene sentido en la guerras que se forman en las comisiones técnicas para la organización de los planes de estudios. Ahí se ve quiénes van por libre.

-¿Y si esa propuesta que les llega de un centro de carácter politécnico queda en una formalidad administrativa y pueden seguir conservando una cierta autonomía como escuela?

-Tendría sentido como Universidad Politécnica pero siempre que los grados que se impartan conserven su autonomía y puedan elegir quién será el subdirector que los representará. En este caso no se abrió el debate por parte del Rectorado, ni en una ni en otra dirección. No le veo coherencia a todo lo que están haciendo hasta ahora. No queremos que se repita la misma situación que hace unos ocho o nueve años cuando se renovaron los planes de estudios. Nosotros hicimos nuestra organización y en la Politécnica la suya propia cuando se suponía que nuestros alumnos tenían la opción de incorporarse al segundo ciclo. Entonces ya falló la coordinación.

-¿Cuál es su principal temor en este proceso?

-No soy partidario de juntar todas la escuelas de campus. Es una decisión muy compleja y nos otros no queremos perder la autonomía. No tenemos nada que ver con Informática o con Telecomunicación. Además, al hablar de un centro de carácter politécnico da la impresión de que la actual Escuela Politécnica Superior de Ingeniería nos absorbe a nosotros, que tenemos más de 100 años de historia. Estoy abierto a que me expliquen las cosas pero tal y como se está planteando no me gusta.